El Partido Popular teme su “ilegalización” por la “aversión” de Delgado
El PP no ha dejado de protestar por el nombramiento de la exministra de Justicia Dolores Delgado como fiscal general del Estado y ayer presentó una demanda ante la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo en la que solicita que se revoque su nombramiento, por considerar que su designación supone “una desviación de poder” y un “fraude constitucional”. Para el PP, “Delgado no reúne apariencia de imparcialidad”, dada su vinculación con el Gobierno de Sánchez, de quien fue ministra de Justicia, y con el PSOE, en cuyas listas concurrió a las últimas elecciones generales y obtuvo acta de diputada por este partido.
La demanda hace suyas las tesis de los seis vocales del CGPJ que presentaron un voto particular al informe favorable que elaboró sobre su idoneidad, y que destacaba que “la candidata no cumple, a nuestro juicio, con el requisito de imparcialidad”. Añadían, y es lo que ahora sostiene el PP en la demanda, que haber sido ministro y haber ido en las listas del PSOE “crea una apariencia de vinculación con el poder ejecutivo, que no contribuye a la percepción de la independencia de la institución”.
A esa vinculación con el Gobierno y el PSOE suma la demanda lo que considera “una pública y notoria aversión” hacia el PP, que recuerda que dadas sus atribuciones podría incluso instar, de acuerdo con la ley de Partidos, “la declaración de ilegalidad y consecuente disolución del Partido Popular”.
De hecho, el PP tiene el temor, y así lo apunta en la demanda, de que la fiscal general no sea imparcial en los procedimientos en curso en los que el PP o miembros de este partido son parte acusada, dado que “la animadversión” de la fiscal “es pública y notoria”, lo que sume al PP en “la indefensión e intranquilidad”, más si se tiene en cuenta el carácter de la designada “no precisamente aséptico para con el PP”.
Para justificar este temor, el PP recuerda como Sánchez defendió en una entrevista que quien manda en la Fiscalía es el Gobierno, y adjunta declaraciones de Delgado, en su etapa de ministra o diputada como que “estar cerca del PP es un poco tóxico”, porque es un partido “corrupto y en descomposición”. O que el PP “trabaja contra la convivencia, y eso genera inseguridad”.
Por todo ello, el PP pide al Tribunal Supremo que anule el nombramiento de Dolores Delgado y que lo haga por el procedimiento de urgencia.