La Vanguardia

¿Cómo fue que Charles Chaplin compuso un estándar sin saberlo?

- MAGÍ CAMPS

El final habitual de las primeras películas de Charles Chaplin es el del trotamundo­s andando solo por un camino, alejándose del espectador, mientras la pantalla hace un fundido a negro mediante un círculo que se va cerrando. En la película Tiempos modernos, en cambio, el trotamundo­s no va solo, en esta ocasión lo acompaña una chica huérfana, con quien ha vivido una serie de peripecias durante el largometra­je de 1936. Y el fundido a negro se hace en toda la pantalla. Chaplin, que es el director, el guionista y el protagonis­ta, deja atrás el círculo que se cierra y da un paso más en los tiempos modernos. Sin embargo, el trotamundo­s y la huérfana se alejan por una carretera, uno a cada lado de la línea continua.

La chica huérfana la interpreta Paulette Goddard, que está triste y desconsola­da por su mala fortuna. Charlot la mira y, con la mano que aguanta el bastón, dibuja una sonrisa en su cara para que ella sonría. Incluso, podríamos leer en sus labios la palabra “smile” (sonríe), y cuando ella sonríe, algo como “that’s it” (exacto).

A lo largo de la película hemos visto el ataque de locura de Charlot en la fábrica con una llave en cada mano, el recorrido imposible por los engranajes de la maquinaria gigantesca, las pruebas con una máquina automática que le pone la comida en la boca y lo seca para que no deje de sujetar tornillos en la cadena de montaje, las detencione­s policiales siempre por error, incluso en un caso confundién­dolo con el líder de una manifestac­ión... Toda una crítica al uso del ser humano como una pieza más de la maquinaria industrial y de las estrechece­s y abusos que sufrió la clase obrera durante la Gran Depresión en EE.UU.

Como es habitual, el trotaundos saldrá adelante con dignidad pero más pobre que una rata, y se irá con una mano delante y otra detrás. Sin embargo, con el fardo al hombro, todavía tendrá fuerzas para hacer sonreír a la chica huérfana. Mientras la pareja enfila la carretera, se oye una pieza musical que compuso él mismo, porque Charles Chaplin también era músico, un verdadero humanista. Chaplin había utilizado La violetera, del maestro José Padilla, en otra obra maestra anterior, City

lights (1931). Lo hizo sin pedir permiso ni consignar en los créditos la autoría del cuplé, que había compuesto José Padilla y que populariza­ron primero Raquel Meller y más adelante Sara Montiel. Después de esta mala experienci­a, que acabó en los tribunales, Chaplin compuso para Tiempos modernos una música que al cabo de un tiempo se convirtió en una pieza de éxito en la voz de Nat King Cole, y que todavía hoy se sigue interpreta­ndo, como es el caso de Andrea Motis.

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Chaplin, que se inspiró en “Ah, quegli occhi” de Tosca (esta vez sin que se considerar­a plagio), la compuso en 1936, y no fue hasta 1954 que John Turner y Geoffrey Parsons le pusieron letra y la convirtier­on, como no podía ser de ninguna otra manera, en Smile.

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Y MAÑANA... ¿Cuánto tiempo tardó Hitchcock en rodar la escena de la ducha de Psicosis?
Tiempos modernos Y MAÑANA... ¿Cuánto tiempo tardó Hitchcock en rodar la escena de la ducha de Psicosis?

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