Cámaras en los mercados para controlar el aforo
El Consistorio pone en estos equipamientos dispositivos cenitales que no graban los rostros para evitar aglomeraciones
Los mercados municipales de Barcelona recurren a la tecnología para controlar el aforo y garantizar el distanciamiento social con el objetivo de prevenir contagios por la Covid-19. El Ayuntamiento anunció ayer que instalará cámaras en las entradas de todos los equipamientos municipales alimentarios para regular los accesos y evitar aglomeraciones. El sistema consiste en una pantalla que informa en tiempo real a los clientes del número de personas que hay en el interior y de las que están permitidas todavía. Si la luz está en verde, el usuario puede entrar, pero si se ha llegado al límite máximo de ocupación se enciende una luz roja y se cierra el acceso.
La iniciativa se implantó a través de una prueba piloto en los recintos de Sarrià, Sants, los Encants y Abaceria –instalado provisionalmente en una carpa en el paseo de Sant Joan–. El último que lo ha incorporado ha sido el de Sant Antoni y los próximos previstos son el de la Llibertat de Gràcia, el del Ninot y el de Concepció, ambos en el Eixample. Su instalación se ha acelerado con las medidas de distancia de seguridad y reducción de aforo decretadas por las autoridades sanitarias. “Es una actuación realizada de forma urgente por la Covid19, pero la voluntad es que dure en el tiempo”, explicó ayer Òscar Martín, responsable del departamento de innovación y proyectos del Instituto Municipal de Mercados de Barcelona. Toda esta información se puede consultar a través de una aplicación a la que tiene acceso el director del recinto, los vigilantes o miembros de la junta de la asociación de los comerciantes. “Una de sus funciones es disponer del dato valioso de cuántas personas visitan todos los mercados de una forma real y fiable”, añadió Martín. La previsión municipal es que antes de que acabe el año este sistema se haya instalado en el resto de equipamientos alimentarios de la ciudad. En total, se colocarán 125 pantallas en y 260 cámaras cenitales para no grabar las caras de los usuarios.
La instalación técnica en algunos sitios será más compleja que en otros, como en el mercado de la Boqueria, “al no tener puertas de acceso propiamente dichas”, apuntan fuentes municipales. En el caso de Sant Antoni, se realiza dos controles paralelos de aforo, uno en el mercado de alimentación y otro en el de la ropa, también conocido como los Encants. Ayer por la mañana, un día entre semana y en agosto, las personas superaban casi la mitad del nivel de ocupación máximo permitido, fijado en 445 personas.
Los comerciantes valoran positivamente la nueva medida. “Es una herramienta que nos puede facilitar el trabajo y ser previsores para tomar determinadas decisiones”, aseguró Maria Masclans, presidenta de la asociación de comerciantes del mercado de productos frescos de Sant Antoni. En cuanto a la mayor afluencia de público, señaló que se da sobre todo los viernes y sábados y “puntualmente alguna vez se ha tenido que cerrar puertas”. A algunos clientes también les parece bien la iniciativa. “Así evitamos aglomeraciones”, comentó Remei Llovet, vecina del barrio, que viene una vez a la semana al mercado. “Es una nueva realidad a la que nos tenemos que adaptar”, dijo José, del Poble Sec.
Sant Antoni, Abaceria y los Encants son algunos de los equipamientos que ya han estrenado este sistema de acceso