La cúpula de Sant Andreu de Palomar luce tres lustros después
La cúpula por fin reformada de la parroquia de Sant Andreu de Palomar luce de nuevo después de una larga espera de más de tres lustros. Una malla de seguridad cubrió la construcción durante 17 años. Hace unos pocos días que la retiraron.
Esto es mucho más que una de las cúpulas más grandes de Catalunya. Hablamos de todo un símbolo del distrito de Sant Andreu, de un lugar muy especial para los feligreses y para los que viven en la zona en general. Más de un vecino del barrio se llevó ya una grata sorpresa al regresar a casa, al volver de sus vacaciones. La gente de los alrededores tiene de nuevo la sensación de que recupera un trozo de su vida cotidiana.
Además, demuestra que no hay que viajar muy lejos para ver una cúpula como Dios manda. Y también hablamos en verdad de uno de esos lugares que todos los ciudadanos pueden redescubrir en Barcelona durante este verano tan extraño.
El histórico problema de la cúpula de esta parroquia eran los cambios de temperatura, tanto en el exterior como en el interior, que la resquebrajaban continuamente. Los trabajos ahora finalizados lograron reparar las grietas que la deslucían desde afuera. Ahora resta arreglar las del interior, así como otros trabajos destinados a recuperar el esplendor de la pinturas, las capillas y otras dependencias del lugar.
La parroquia de Sant Andreu de Palomar tiene sus orígenes en el año 991. La capilla de los Segadors acogió a los agricultores que llegaron procedentes del Vallès el 20 de mayo de 1640 y que marcaron el inicio de la revuelta de los Segadors.
Esta cúpula ya fue restaurada y ampliada por el arquitecto municipal Pere Falqués en el año 1881, pero el 9 de agosto del año 1882 la cúpula sufrió un derrumbe que provocó la muerte de siete feligreses y numerosos heridos. Fue al poco cuando se reformó y adquirió el aspecto que hoy presenta.