La Vanguardia

María Jiménez vuelve al escenario

Tras casi dos décadas de ausencia y unos graves problemas de salud

- ISABEL CLARÓS

Sentada en un silla, pero con la misma garra de siempre, regresó el sábado María Jiménez a los escenarios después de casi dos décadas de ausencia. Y sobre todo después de temer por su vida, el año pasado, a causa de un grave problema de salud, por una obstrucció­n intestinal, que la obligó a permanecer tres meses en la uci del hospital Vírgen del Mar, de Sevilla.

La cantante actuó en el festival Starlite, en Marbella, en uno de los conciertos que más público ha atraído, demostrand­o que con setenta años, cumplidos el pasado 3 de febrero, sigue siendo una estrella de la canción. Carisma no le falta ni tampoco el buen humor del que hizo gala entre canción y canción. Con el público puesto en pie aplaudiend­o, la sevillana apareció en el escenario: “Qué alegría estar aquí. […] Espero que lo paséis estupendam­ente como pensamos pasarlo todos nosotros. Porque esto es como si fuera un cumpleaños mío, señoras y señores”, dijo una emocionada María Jiménez, que debido a sus problemas de movilidad, permaneció durante toda la actuación sentada y solo se levantó para despedirse lanzando besos al aire y dando las gracias al público y a su equipo.

Arrancó con Rencores, un tema basado en un poema de Manuel Benítez Carrasco y recordó sus éxitos de siempre Con golpes de pecho, Se acabó, Háblame en la cama, Si te vas, Te estás pasando, Huellas que se van y Resurrecci­ón. También cantó un adelanto de su próximo disco, que saldrá en octubre y ha grabado durante esta época de confinamie­nto.

María Jiménez no estuvo sola en el escenario. Para su esperado regreso contó con Pitingo, que fue el encargado de abrir la velada y de presentar a la cantante como “una leyenda viva”, “una de las personas a las que más quiero del mundo” dijo, ya que, “apostó por mí”. Juntos interpreta­ron Compromiso. También actuaron con la cantante Remedios Amaya, que cantaron juntas Quien maneja mi barca, Mari Peña, el bailaor el Farru y Raimundo Amador, que la acompañó en varias ocasiones con su guitarra. Faltó Miguel Poveda, con quien grabó el pasado otoño ¡Qué felicidad la mía!, al poco de salir del hospital.

La actuación del sábado en Starlite en realidad iba a ser la segunda programada, ya que tenía previsto regresar a los escenarios en la sexta edición del Universal Music Festival que se iba a celebrar del 23 de junio al 28 de julio en el Teatro Real de Madrid, pero se vio cancelado por la pandemia del coronaviru­s.

El sábado demostró que el cantar es lo que le da fuerza y es lo que le ha ayudado a sobrelleva­r una vida de altibajos profesiona­les y tragedias personales. Madre soltera de una hija, Rocío, cuando estaba en la cima del éxito, en 1980, se casó varias veces y por varios ritos con el popular actor José Sancho. Un matrimonio con muchos sinsabores a causa del fuerte carácter de ambos, y del que nació, en 1983 el único hijo de la pareja, Alejandro. Dos años después Roció falleció en un accidente de tráfico con 16 años. En el 2002, y después de su separación definitiva con Sancho, María Jiménez renace artísticam­ente gracias a su colaboraci­ón con el grupo La Cabra Mecánica (La lista de la compra) y a un disco firmado por Joaquín Sabina (Donde más duele). En el 2003 le diagnostic­an un cáncer de mama, del que en el 2016 dijo que ya estaba curada.

La cantante actuó en el festival Starlite y la acompañaro­n Pintingo, Remedios Amaya y Raimundo Amador

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María Jiménez tiene problemas de movilidad, tras haber pasado tres meses en una uci. Por eso actuó sentada. Solo se puso de pie para despedirse del escenario y en los bises salió en una silla de ruedas
ANTONIO PAZ / EFE Sentada María Jiménez tiene problemas de movilidad, tras haber pasado tres meses en una uci. Por eso actuó sentada. Solo se puso de pie para despedirse del escenario y en los bises salió en una silla de ruedas

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