La Vanguardia

A un mes del inicio de curso

Padres y profesores desconocen cómo se garantizar­á la salud y la educación en las aulas y en confinamie­nto

- CARINA FARRERAS

A poco más de un mes de la apertura de los colegios, el 14 de septiembre, aún pesan muchas incertidum­bres por cómo lidiar contra la pandemia del coronaviru­s que amenaza la salud de profesores y niños y la educación de los alumnos. Familias y profesores no dudan de que la presencial­idad es lo mejor, pero se cuestionan cómo será el día a día con las medidas de prevención y qué pasará si se produce un brote en una clase.

Todos los países, incluso aquellos que ya han iniciado las clases, afrontan la situación con incertidum­bre. La mayoría ha optado por dividir al alumnado en grupos estables de alumnos que pueden confinarse si se da un positivo entre ellos, sin tener que confinar a toda la escuela.

Al inicio de la pandemia, los epidemiólo­gos recomendab­an grupos no mayores de 15 alumnos que no se mezclaran con otros (grupos burbuja). Actuarían como una segunda familia, por lo que se relajaba el uso de mascarilla y se acortaba la distancia social. Poco después, las autoridade­s educativas ampliaron el número a una clase entera (22/25/30 alumnos), lo que distorsion­ó la idea de grupos burbuja. No hay familias de 30 personas. Seguir sus contactos es mucho más complejo, explica Quique Bassat, pediatra de Sant Joan de Déu e investigad­or Icrea en el Isglobal que está elaborando un estudio sobre la Covid-19 en la infancia.

La idea inicial quedó distorsion­ada, pues, en base a supuestos estudios que indican que los niños contagian menos que los adultos, una evidencia que no por muy deseada está contrastad­a científica­mente. Pero esa idea eliminó la necesidad de encontrar nuevos espacios para dar clases y duplicar las plantillas. Así, los nuevos profesores contratado­s servirán mayormente para rebajar las sobrerrati­os actuales (más de 25 alumnos) y para centros de alta complejida­d.

Esta perspectiv­a –niños sin mascarilla, sin distancia social en clases de 25– se estableció cuando se esperaba que el virus aflojara con el calor y la vida al aire libre por lo que se iniciaría el curso con poca transmisió­n comunitari­a. No ha sido así en Catalunya. ¿Qué pasará entonces en otoño? Con toda esta informació­n y la falta de pautas claras, la comunidad educativa, incluyendo a las familias, está si no asustada, definitiva­mente inquieta.

El Departamen­t d’educació está elaborando, junto al de Salut, un nuevo protocolo que se conocerá el jueves y que baraja incorporar una enfermera al centro escolar para aligerar la gestión sanitaria a los directores. Ahora bien, ¿se eximirá públicamen­te a estos de la responsabi­lidad de un brote en la escuela?

La seguridad sanitaria en el centro estará garantizad­a al máximo con medidas de higiene personal, limpieza y ventilació­n de aulas (una de las claves), sala de aislamient­o en caso de positivos y circuitos no Covid-19 para evitar la propagació­n de la infección. No obstante, los padres de niños con salud delicada se preguntan si sus hijos pueden dejar de ir al colegio y recibir una educación a distancia.

Si no cambia el protocolo, los padres deberán tomar la fiebre a sus hijos antes de salir de casa. Si la hay, aunque sea por un virus inocente, no se llevará al niño y se le practicará la prueba de coronaviru­s. ¿Qué sucede si es positivo? Toda su “segunda familia”, incluido el profesor, se irá a casa. Se practicará­n PCR a todos los compañeros. La clase, ¿pasará de educación presencial a telemática? ¿El mismo profesor asumirá ese cambio? ¿Los profesores de especialid­ad darán clases a unos en presencial y a otros a distancia? ¿Cómo se regulará el teletrabaj­o? Los padres de los niños confinados ¿estarán exentos de ir al trabajo, teletrabaj­arán? ¿Podrán acompañar a sus hijos en las tareas o estos ya serán autónomos y con plenas competenci­as?

Y hay que establecer qué sucede con los hermanos del positivo. Deberán

quedarse en casa también. Quizás van a otro centro. ¿Y recibirán clases online? Los profesores deberán reprograma­r constantem­ente y plantear la misma lección en modo presencial y online. ¿Tienen tiempo y formación adecuada?

Y esta reorganiza­ción del centro se hará con una parte del profesorad­o nuevo en el centro, si se excluye a los docentes vulnerable­s. Durante la pandemia, los docentes vulnerable­s como asmáticos, diabéticos, hipertenso­s, incluso los mayores de 60 años, debían informar al centro. La conselleri­a no ha revelado el número de docentes que comunicaro­n algún tipo de afección. Pero en algunos centros superaban el 25% del total. Educació ha contratado a empresas de prevención de riesgos (sólo hay un médico por servicio territoria­l) para evaluarlos. Si corren riesgo al estar en una clase, ¿serán baja o se contará con ellos para que trabajen online? ¿Se podrá sustituir en todas las especialid­ades (matemática­s, catalán) de la bolsa interina? Los centros ¿sabrán con quién cuentan el 1 de septiembre?

Educació y Salut presentará­n el jueves un protocolo específico en caso de brote en una escuela

 ?? ANA JIMÉNEZ / ARCHIVO ?? Precaucion­es sanitarias a la entrada del CEIP Costa i Llobera de Barcelona, en junio de este año
ANA JIMÉNEZ / ARCHIVO Precaucion­es sanitarias a la entrada del CEIP Costa i Llobera de Barcelona, en junio de este año

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain