La Vanguardia

Los hoteles con parques acuáticos de Lloret resisten

Los alojamient­os que han apostado por un público más familiar salen mejor parados este verano en el que escasea el turista extranjero

- BÀRBARA JULBE Lloret de Mar

Es la séptima vez que Frank Vinke visita Lloret de Mar. De joven, este turista holandés acudía con sus amigos en busca de fiesta y música. Ahora le acompaña su familia: la mujer y sus dos hijos, de 5 y 2 años. Asegura que la Covid-19 “no ha supuesto ningún inconvenie­nte” para venir de vacaciones y que “se siente muy seguro y protegido tanto en el hotel como en la calle”. Se quedarán nueve días alojados en un establecim­iento que cuenta con un parque acuático en su interior. Hay siete hoteles de esta índole en Lloret, el único municipio de la Costa Brava que reúne a tantos con este servicio. Todos ellos, además, están abiertos y pese a la pandemia han llenado buena parte de sus instalacio­nes con un público familiar.

“A las familias les encanta y el hecho de ofrecer aquasplash es un elemento diferencia­dor importante. Nuestra instalació­n acuática, que cuenta con dos zonas –una para niños de menos de 1,10 m de altura, tematizada con un barco pirata, y otra para más mayores– llega a los 3.600 metros cuadrados. El público familiar busca una parte lúdica y además les ofrecemos un extenso programa de animación”, subraya Francesc Melero, gerente de Evenia Olimpic Resort, donde precisamen­te se aloja Vinke con su familia.

Este turista holandés es uno del millar de clientes que tiene el resort, formado por cuatro hoteles. Aunque la cifra queda lejos de los 2.200 usuarios que solía haber otros años, como mínimo esto les permite afrontar la temporada. “Son un caso de éxito a pesar de las circunstan­cias y de las extremas dificultad­es por las que pasamos”, asegura el alcalde de Lloret, Jaume Dulsat, quien añade que “como mejor posicionad­o esté el hotel y más servicios preste a los clientes, más posibilida­des tiene que los pocos clientes que hay le escojan”. “Los hoteles con parques acuáticos son una parte importante de los establecim­ientos de Lloret que han hecho los deberes enfocándos­e a un público familiar. Han reformado sus instalacio­nes con inversione­s importante­s durante los últimos años y han dirigido su oferta al cliente directo, en lugar de depender exclusivam­ente de los operadores turísticos, que en este momento son casi inexistent­es”, precisa el presidente del Gremi d’hosteleria de Lloret de Mar, Enric Dotras.

Y es que con la pandemia de la Covid-19 Lloret de Mar ha cambiado el perfil de turista. Los extranjero­s que mayoritari­amente se alojaban entre semana no están, y aunque hay algunos visitantes holandeses y belgas, así como una parte importante de público francés, ahora domina el familiar y de proximidad, sobre todo del área metropolit­ana de Barcelona y del resto de las comarcas de Girona. Es el caso de Marcos Artacho. Pese a vivir a tan solo 65 kilómetros, en Mollet del Vallès, ha venido a pasar sus vacaciones aquí acompañado de su mujer y su hijo. “El hotel donde nos alojamos está muy adaptado para los niños”, resalta.

“Muchos visitantes de las comarcas de Girona y de zonas interiores de Barcelona nos han descubiert­o y eso nos ayuda un poco”, agrega Francesc Alsina, gerente de la Associació de Comerciant­s de Lloret y de Bars, Restaurant­s i Cafeteries de Lloret, quien añade que “el público extranjero representa casi más del 70% de nuestra facturació­n en el comercio, por eso hace que se note más”. En la restauraci­ón, en cambio, ha habido un incremento de servicios. “En esto, hay que resaltar el trabajo que se ha hecho desde el gremio para disponer de terrazas más amplias. Pero también tiene que ver las ganas de la gente de disfrutar de experienci­as, gastronomí­a y el buen tiempo que ha hecho”.

“El comportami­ento del destino se escapa de aquello que llevábamos haciendo”, admite Dulsat, ante lo cual es difícil hacer balance. “La temporada estival se alarga entre ocho y nueve meses en nuestro municipio pero este año ya hemos perdido los cinco primeros por la pandemia y el sector está ganando dinero en una temporada alta que es como si fuera media temporada. Así que el balance, de momento, es incierto”, indica.

De las 60.000 camas disponible­s, entre hoteles, viviendas de uso turístico, campings y apartament­os, un 70% de ellas están abiertas. Si en julio del año pasado Lloret tuvo una ocupación del 90%, ahora la media es del 43%, aproximada­mente, según el sector. “Los que han hecho los deberes estos últimos años son los que salen mejor parados”, precisa Dotras.

Las reservas de alojamient­o también han cambiado su comportami­ento. No solo son a última hora sino también empiezan siendo pocas noches y después los huéspedes las alargan. “Los clientes reservan primero dos noches y después prorrogan más días cuando ven cómo está la situación. Otros reservan día a día. Ello nos lleva a una gran inestabili­dad”, comenta Dotras, quien detalla que ciudadanos de Lloret mismo o de poblacione­s vecinas como Blanes están pasando incluso unos días de vacaciones en hoteles del municipio. Las consecuenc­ias de la crisis sanitaria dan una imagen bien distinta a la de otros años.

EL CRECIMIENT­O

Los clientes reservan dos noches y después prorrogan más días tras ver la situación

EL DESCENSO

Este año la ocupación se sitúa en el 43% aproximada­mente, y el año pasado, en el 90%

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PERE DURAN / NORD MEDIA Diversión. Unos turistas se refrescan en las instalacio­nes aquasplash con las que cuenta uno de los siete hoteles de Lloret de Mar con este servicio pensado para un público formado por familias

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