La picadura de un pez araña provocó la muerte del joven en Platja d’aro
El joven de 16 años que falleció ahogado el pasado 15 de agosto en Platja d’aro habría muerto por un choque anafiláctico causado por la picadura de un pez araña, Trachinus araneus , un animal venenoso presente en la costa mediterránea. Así lo comunicaron los padres del chico en un escrito difundido el miércoles a través de las redes sociales.
En el comunicado, explicaron que la víctima, vecino de La Garrotxa, era un gran aficionado a la naturaleza y el sábado estaba grabando el fondo marino con una cámara acuática mientras hacía inmersión con tubo. En las imágenes registradas, que los padres admiten no haber visto por consejo médico, se puede ver como el joven siguió a una medusa hasta encontrarse con un pez araña “con cara de inofensivo”. Inicialmente, el animal se ve a cierta distancia, y desaparece poco antes de que finalice el vídeo. En el comunicado, los padres señalan que el pez picó a su hijo debajo de la mandíbula, lo cual provocó su fallecimiento.
Según informó la agencia Efe, los primeros resultados de la autopsia del joven, realizada en el Instituto de Medicina Legal (IMLC), indican que habría fallecido debido a un choque anafiláctico por reacción a una toxina. Sin embargo, están pendientes de un análisis del Instituto Nacional de Toxicología en Barcelona para confirmarlo. Pero la presencia de una herida de entre 2 y 3 milímetros en la tráquea del joven ya había hecho sospechar a la familia y los investigadores que no se trataba de un simple ahogamiento.
En el comunicado de la familia explican que las imágenes registradas por el joven serán puestas a disposición de la Guardia Civil, que lleva la investigación. Sin embargo, la unidad de policía judicial todavía no lo ha podido confirmar porque no las ha recibido. Los padres también se muestran “aliviados” al saber que su hijo no cometió una imprudencia durante su inmersión, aunque aseguran que el dolor les acompañará “toda la vida”.
Las arañas se encuentran habitualmente enterradas bajo la arena, camufladas de forma que solo sobresalen sus ojos y su aleta dorsal. Es en esa aleta donde alojan su veneno. Las picaduras son muy dolorosas y, en ocasiones, pueden provocar un choque anafiláctico o la pérdida de conocimiento, o incluso la muerte si el veneno penetra en una vena o un tejido blando, como habría ocurrido con el joven.