La Vanguardia

Tenemos que hablar

- Joan Josep Pallàs

Informació­n preliminar para los más jóvenes. Ronald Koeman lanzaba todas las faltas cuando jugaba en el Barcelona. Como metía dentro la mayoría, fue imponiéndo­se un ritual en el Camp Nou cada vez que un árbitro pitaba una cerca del área. Expectació­n y aplausos acompasado­s del respetable a la espera del gran disparo. Casi 30 años después, Koeman, el mito de Wembley (gol de falta, claro) está suscitando un suspense equiparabl­e a aquel, de redoble mucho más prolongado. Se dispone el holandés a intervenir en una plantilla gastada, necesitada de un vuelco que deje huella. Hay jugadores que peligran, muchos de ellos con contratos en vigor y orgullosos de lo hecho, treintañer­os que se ven bien pese a que todo el mundo los vea mal. La regeneraci­ón, tan esperada, segurament­e tardía, ha llegado. La llevará a cabo Koeman, que toma carrerilla.

Antes de proceder, el holandés ha programado una reunión con el capitán, Leo Messi. El entrenador proclamó ayer su fe en el argentino ante los medios de comunicaci­ón, pero también en privado (es lo que cuenta) en una comida celebrada en el restaurant­e La Venta en la montaña del Tibidabo a la que le acompañaro­n el presidente Bartomeu, el directivo Javier Bordas, el director general Òscar Grau y el flamante secretario técnico, Ramon Planes: Koeman quiere a Messi con él y desea decírselo en persona cuanto antes. Será esta semana. Le acompañará a la cita Planes. Bartomeu, que borró a Abidal del encuentro antes de que este dimitiera para no enojar al argentino, se apartará, consciente de que su relación con el vestuario no anda boyante y de que futbolista­s y exfutbolis­tas hablan el mismo idioma. Koeman fue vaca sagrada, así que él mejor que nadie para desempeñar tan delicada misión.

Una vez reclutado y reengancha­do para la causa Messi (si no lo logra el holandés el escenario será otro, de una complejida­d mayúscula), irán desfilando por su despacho jugadores que todo el mundo tiene ya en mente. Sergio Busquets, por ejemplo, que ha ayudado a De Jong esta temporada tutelando su adaptación, deberá soportar ser relegado por él. Koeman quiere a su compatriot­a fijado en el mediocentr­o. ¿Aceptará Busquets, sin versatilid­ad para ocupar cualquier otro puesto en el campo, esa degradació­n? ¿Buscará una salida o se quedará? ¿Pedirá cobrarlo todo o negociará? ¿Se quedará aceptando un rol secundario de buen humor o lo hará resentido? Todas las preguntas valen para otros veteranos, caso de Luis Suárez, Jordi Alba, Rakitic, Umititi, Arturo Vidal... La colisión será difícilmen­te evitable en algunos casos. El tiempo no juega a favor del club ( la Liga empieza a mediados de septiembre) y la coyuntura tampoco. La directiva, asfixiada por la pandemia (el presupuest­o de la próxima temporada puede caer por debajo de los 800 millones de euros, 300 menos de los previstos), no tiene dinero para ir regalando cartas de libertad o compensar contratos infinitos. El escenario favorece a Gerard Piqué. A la plantilla le faltan centrales, la tesorería no está para esfuerzos y además, al central le queda aún batería. Koeman, que quiere cimentar su nueva columna vertebral sobre el tridente Ter Stegen-de Jong-messi, se lo quiere quedar.

En la comida celebrada en La Venta, uno de los restaurant­es favoritos de Koeman en Barcelona, se habló también de los jóvenes. Es este un tema recurrente en las ruedas de prensa de las presentaci­ones de nuevo entrenador. Valverde prometió mirar a la cantera al estilo Lezama pero lo hizo poco; Setién, absolutame­nte ninguneado en el acto de ayer, también auguró que se atrevería a dar la alternativ­a al talento emergente el día que aterrizó. No cumplió. Koeman repitió el juramento. Veremos si esta vez la práctica acompaña al discurso. En privado (recuerden, es lo que cuenta), el holandés asegura que ve material para levantar al equipo, y que para hacerlo debe rebajar sí o sí la media de edad del once tipo. Ansu Fati, Riqui Puig, Trincão, Pedri... Se les abre el cielo. La vieja guardia vive sus últimos días.

Koeman se reunirá en breve con Messi y de ese diálogo depende que el argentino se reenganche

De Jong pasa por delante de Busquets, y Suárez y Alba tampoco lo tendrán fácil, así que deberán aceptarlo o irse

Bartomeu se apartará, es Koeman quien habla el idioma de los jugadores, él fue vaca sagrada

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MONTSE GIRALT Josep Maria Bartomeu le ha confiado a Ronald Koeman la restauraci­ón de una plantilla envejecida
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