La Vanguardia

El pragmático que quiere ser canciller

El Partido Socialdemó­crata de Alemania apuesta por el ministro de Finanzas como candidato a las elecciones del 2021, ya sin Merkel en liza

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

En las profundida­des del mes de agosto, la dirección del Partido Socialdemó­crata de Alemania (SPD) dio la campanada. El vicecancil­ler y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, un político pragmático que en estos meses ha ganado popularida­d como gestor del millonario dispositiv­o anticorona­virus para proteger la economía alemana, será el candidato del SPD a la cancillerí­a para las elecciones de otoño del 2021. Scholz, de 62 años, dueño de una carismátic­a ausencia de carisma, se convierte así en aspirante oficial a encabezar el gobierno federal de Alemania en la era postmerkel. La formación democristi­ana debe aún elegir a quién confía el intento de conservar la cancillerí­a en manos conservado­ras cuando Angela Merkel diga adiós al final de esta legislatur­a.

La designació­n tiene su puntito de desquite, pues apuestan por Scholz los copresiden­tes del SPD que en noviembre del 2019 le derrotaron a él –que también concurría en tándem– en una consulta a la militancia para elegir nuevo liderazgo en el partido. Las bases optaron por el dúo compuesto por Saskia Esken y Norbert Walter-borjans, menos conocidos y del ala más izquierdis­ta, en detrimento del otro dúo aspirante, formado por un peso pesado con proyección federal como Scholz y por una diputada de Brandembur­go, Klara Geywitz.

Ahora es otro cantar. “Me alegro de la nominación y quiero ganar”, dijo Scholz la semana pasada en rueda de prensa acompañado por Esken y Walter-borjans. “Sabemos que esta decisión representa un giro en los acontecimi­entos que resulta inesperado para algunos”, dijeron los colíderes, sabedores de que el alma izquierdis­ta ve en Scholz a un centrista que está cómodo trabajando con los conservado­res. “Os pedimos que tengáis fe en nuestro camino, estamos determinad­os a hacerlo juntos”, dijeron Esken y Walter-borjans. Ambos afirmaron que Scholz, su antiguo rival, tiene “aura de canciller”.

De hecho, según la última encuesta Deutschlan­dtrend para la cadena pública ARD, el 44% de los alemanes le señala como el mejor candidato socialdemó­crata a la cancillerí­a. También figura como el tercer político cuyo trabajo es mejor valorado por la población, con un 57% de respaldo, precedido por la siempre robusta Merkel (71%) y por el ministro de Sanidad, el democristi­ano Jens Spahn (60%). En estos tiempos, las carteras relevantes para afrontar la pandemia se valoran especialme­nte.

Así, como titular de Finanzas, Olaf Scholz es el encargado de gestionar el desembolso de miles de millones de euros en fondos de emergencia para que empresas, autónomos y familias sorteen el impacto económico de la Covid-19. “Este es el bazuca que se necesita para hacer el trabajo; estamos poniendo sobre la mesa todas nuestras armas para mostrar que somos lo bastante fuertes para superar cualquier reto económico que este problema traiga”, dijo Scholz sin especial pasión, con su habitual aire de tranquila y gris eficiencia, en el momento álgido de la pandemia antes del verano, cuando el Gobierno de coalición de conservado­res y socialdemó­cratas decidió echar mano del abultado colchón fiscal alemán ante la emergencia.

Olaf Scholz, nacido en 1958 en Osnabrück (Renania del Nortewestf­alia), se afilió al SPD en 1975, siendo estudiante de secundaria, y ha desarrolla­do su carrera política entre Hamburgo y Berlín. Como abogado tenía en la ciudad hanseática su despacho, especializ­ado en derecho de empresa. Fue diputado en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) de 1998 al 2001, y de nuevo entre el 2002 y el 2011. Ese año se convirtió en alcalde de Hamburgo, y ahí estuvo hasta el 2018, cuando pasó a ser ministro de Finanzas del actual Gobierno. Pero no es esta su primera cartera ministeria­l; del 2007 al 2009 fue titular de Trabajo en el primer Gobierno de gran coalición de Merkel. Está casado y no tiene hijos.

Tras su designació­n como candidato a canciller, se han desatado las bromas lingüístic­as. Sólo una vocal le separa del apellido del anterior candidato socialdemó­crata a la cancillerí­a, Martin Schulz, que se estrelló en las elecciones del 2017. “Aún tengo mucho material de mi última campaña; sólo tenemos que cambiar una vocal”, le dice Schulz a Scholz en una viñeta satírica de la cadena pública ZDF. Martin Schulz fracasó en el 2017 al cosechar sólo el 20,5% de los votos. Ahora está todo peor: los sondeos otorgan al SPD un magro 15%, mientras que el bloque conservado­r tiene en torno al 37%, y los verdes, el 17%. Olaf Scholz deberá emplearse a fondo.

Falta mucho para la pugna de campaña, pero el ministro Scholz ya ha mencionado tres prioridade­s para su programa: mejora de las condicione­s laborales (sobre todo, de los llamados “trabajador­es esenciales” en la pandemia), reformas para afrontar retos futuro,s y política europea. Que una figura de la talla de Angela Merkel no se presente a la reelección abre a Olaf Scholz una ventana de posibilida­des, pero también dificulta la lid porque, a fin de cuentas, el candidato es vicecancil­ler en un Gobierno encabezado por el partido al que aspira a desbancar en las urnas.

La popularida­d de Scholz ha crecido al encargarse de las millonaria­s ayudas por la pandemia

 ?? FRIEDEMANN VOGEL / EFE ?? Olaf Scholz, de 62 años, ministro de Finanzas y candidato del SPD a la Cancillerí­a, la semana pasada en un diálogo con ciudadanos en la localidad minera renana de Ahlen
FRIEDEMANN VOGEL / EFE Olaf Scholz, de 62 años, ministro de Finanzas y candidato del SPD a la Cancillerí­a, la semana pasada en un diálogo con ciudadanos en la localidad minera renana de Ahlen

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