La Vanguardia

Salut impone nuevas restriccio­nes en Reus para frenar la propagació­n

- ESTEVE GIRALT XAVIER RIBERA

El Departamen­t de Salut anunció ayer un endurecimi­ento de las restriccio­nes en Reus (Baix Camp) para intentar frenar la velocidad de propagació­n del virus, que se ha multiplica­do por cinco en las dos últimas semanas. Fue la consellera de Salut, Alba Vergés, quien anunció personalme­nte las nuevas medidas tras visitar los centros de cribado en el CAP Sant Pere y el hospital Universita­ri Sant Joan de Reus.

“Tenemos quince días para conseguir bajar las tasas de incidencia y reproducci­ón del virus para poder entrar en un periodo que es de retorno, de la escuela y el trabajo, en las mejores condicione­s posibles. Podemos escoger entre un retorno en condicione­s aceptables o uno diez veces más complicado”, explicó Vergés.

Las medidas aprobadas ya por Protecció Civil incluyen la reducción de los aforos en los bares, restaurant­es y terrazas de Reus, al 50% de sus aforos máximos; la prohibició­n de beber o comer en las barras, y el veto también a los encuentros públicos o privados de más de diez personas. Además, Salut, en plena coordinaci­ón y de acuerdo con el Ayuntamien­to de Reus, pide a los 100.000 vecinos de la capital del Baix Camp que limiten todos sus movimiento­s a aquellos que sean “estrictame­nte necesarios”, para minimizar así el riesgo de contagio.

“Es un punto de exigencia más que lo que hicimos en Barcelona o Figueras” dijo la consellera. La Guardia Urbana se encargará de controlar los aforos y el cumplimien­to de todas las medidas, por lo que se ha pedido a los establecim­ientos que tengan en un lugar bien visible su aforo máximo autorizado.

Salut no descarta que las mismas medidas más restrictiv­as aplicadas aquí se trasladen a otras ciudades. Reus confía en hacer el cribado de 3.000 personas asintomáti­cas de tres barrios de la ciudad hasta el lunes.

Igualada, que suspendió su fiesta mayor, alertó ayer del peligro ante posibles celebracio­nes alternativ­as. En circunstan­cias normales, la ciudad celebraría estos días su fiesta mayor, pero el coronaviru­s forzó su suspensión por primera vez desde la guerra civil española. Ayer, la consellera de Salud, Alba Vergés, y el alcalde de la ciudad, Marc Castells, realizaron una rueda de prensa conjunta para dar cuenta de la situación y alertar sobre la amenaza de rebrote. A pesar de que la comarca de Anoia mantiene un riesgo moderado, Vergés y Castells quisieron alertar del peligro. Ambos, enfrentado­s en los inicios de la pandemia, quisieron dar una imagen de unidad justo en el punto álgido de lo que hubieran sido las fiestas locales.

La posible celebració­n de fiestas alternativ­as ha encendido las luces de alarma. “Un ambiente festivo seria propicio para la propagació­n del virus”, anotaba Castells. Él y la consellera han recordado que el alto nivel de responsabi­lidad de la ciudadanía permitió que Igualada y la cuenca de Òdena superaran hace unos

Igualada, que suspendió su fiesta mayor, teme que el ambiente festivo propague el virus

meses la difícil situación vivida a raíz del confinamie­nto perimetral. Por su parte, Vergés reconoció que “la situación sanitaria de Igualada no es de las más preocupant­es del país, pero tenemos que ser prudentes y actuar con responsabi­lidad”.

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