La Vanguardia

Un hijo a la altura de Liam Neeson

Micheál Richardson, de 25 años, actúa de igual a igual con su padre en ‘Made in Italy’

- GABRIEL LERMAN Los Ángeles

Con este proyecto, ambos sanan sus heridas por la pérdida de su esposa y madre, Natasha Richardson

Tiene apenas 25 años y una prometedor­a carrera cinematogr­áfica en la que acaba de tener una oportunida­d envidiable, nada menos que la de actuar de igual a igual con un legendario actor irlandés, que ha sido nominado a un Oscar y a tres Globos de Oro, el mismísimo Liam Neeson (68). Claro que a Micheál Richardson dicha oportunida­d le llegó servida en bandeja, en primer lugar porque fue el propio Neeson el que le entregó el guion y le dijo que había un personaje para él y, además, porque Micheál es uno de los dos hijos que este tuvo con la actriz Natasha Richardson, fallecida hace 11 años en un accidente de esquí. Ayudó además que en Made in

Italy, que se estrenó digitalmen­te en Estados Unidos a principios de agosto y se verá en los cines españoles en diciembre, el joven actor encarna al hijo del personaje de Liam, que acompaña a su padre pintor en un viaje a la Toscana para vender una casa que se cae a pedazos y, a la vez, para hablar del dolor que les produce el haber perdido a la mujer que a uno le dio el amor y al otro la vida.

Micheál no ha tenido problemas en estar a la altura de Liam, quizás porque desde niño soñó con seguir los pasos de sus padres o tal vez porque algo ha heredado de su ilustre familia, que incluye entre otros a su abuela Vanessa Redgrave, su tía abuela Lynn Redgrave, su bisabuelo Michael Redgrave, su tía Joely Richardson y su abuelo Tony Richardson, quien en 1963 se ganó dos Oscars por Tom Jones. Tampoco era un novato cuando le llegó la propuesta de ponerse a las órdenes de James D’arcy, un actor que en Made in Italy debuta como director. Cuando era un adolescent­e había hecho un pequeño papel en Los

amos de la noticia, en la que figuró con su verdadero nombre, Micheál Neeson, y hace un par de años tuvo otro en Vox Lux. El cambio de nombre no llegó hasta que compartió una escena con Liam en Venganza

bajo cero, en la que también interpretó a su hijo: “Era algo que ya había hablado con mi tía y mi abuela. Volvíamos del rodaje con mi padre en un coche y le dije que usar el apellido de mi madre sería una buena manera de tenerla más cerca, por más que ese apellido no sea hoy tan reconocibl­e o importante como Neeson”, contó recienteme­nte en una entrevista. Ciertament­e el rodaje de Made in Italy, que requirió una semana en Inglaterra y varias en Italia, fue una experienci­a muy diferente para los dos, ya que tuvieron que compartir muchas escenas en las que se hablaban temas que a veces parecían mezclar ficción y realidad. En su encuentro con la prensa, Neeson señaló: “Él estaba haciendo un papel y yo otro. Pero a la vez, no hizo falta que actuáramos como padre e hijo porque lo somos. Fue un proceso interesant­e que sigo recordando porque fue duro emocionalm­ente. Micheál perdió a su madre muy temprano, yo perdí a mi mujer 11 años atrás, lo cual fue un tremendo golpe para mi familia. No puedo decir que este rodaje fue catártico, pero abrió una puerta para que pudiéramos hablar sobre como lo vivimos”. Neeson no niega que mostró cierta resistenci­a cuando supo que su hijo menor soñaba con ser actor y que intentó convencerl­e para que probara otras cosas: “Tanto en Europa como en Estados Unidos el 70 por ciento de los actores no tiene trabajo. Es una profesión cuya base es el rechazo. Si tienes suerte consigues una audición, y si no te dan el papel no es por la universida­d a la que fuiste o el lugar en el que te criaste. No te dan el papel porque eres tú, por el espacio que ocupas en el planeta y el aire que respiras. Es algo muy difícil de sobrelleva­r. Tienes que desarrolla­r una piel muy dura para poder tolerar un rechazo tras otro, y a la vez tienes que mantener una sensibilid­ad para poder trabajar si es que te dan el papel. Por eso, simplement­e como padre, no quería que mi hijo tuviera que sentir todos esos rechazos”.

Fuera de la foto ha quedado Daniel, el otro hijo de la pareja, quien es un año mayor y se ha dedicado a los negocios: “Es muy bueno haciendo imitacione­s y le gusta ser el centro de la atención. Podría ser un muy buen actor, pero no es el camino que eligió. Apenas terminó la universida­d le dio rienda suelta a su espíritu de empresario y tiene una gran ética de trabajo”, sostiene Michéal, que también comparte que suele honrar la memoria de su madre cocinando, ya que es algo que a ella le encantaba y que aprendió de su madre, Vanessa Redgrave. El joven actor comenta que tiene una buena relación con su abuela, quien a principios de este año, con 83, cogió un avión para sorprender­le en la última función en el off-broadway, algo que nunca olvidará porque sus compañeros de elenco se quedaron impactados con la súbita aparición de la ganadora del Oscar en el teatro. Además, se dio el gusto de trabajar con ella en una película de próximo estreno, Entrée des artistes, en la que también participan su abuelastro, Franco Nero, y su prima, Daisy Bevan.

Y cuando se le pregunta a cuál de sus ilustres parientes cree que se parece más, Richardson confiesa que aunque cree que es una buena mezcla de su papá y su mamá, tiene un impactante parecido con Michael Redgrave, el patriarca de la familia que en 1938 protagoniz­ó

Alarma en el expreso, de Alfred

Hitchcock.

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DAVID M. BENETT / GETTY
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