La Vanguardia

El Barça evita el mal de altura

Un gol de Hamraoui en los últimos compases mete a las blaugrana en semifinale­s

- ORIOL DOTRAS

El Barça empieza a acostumbra­rse a las alturas. El ascenso a la cumbre europea ha costado un cierto tiempo, pero los datos no engañan. Por tercera vez en cuatro años la sección estará en unas semifinale­s de la Champions, una competició­n exigente que no admite titubeos. Al equipo blaugrana le costó tanto digerir el copioso favoritism­o otorgado antes de la eliminator­ia contra el Atlético de Madrid que en algún momento pareció sufrir mal de altura. Justo cuando empezaba a notar esa falta de oxígeno apareció Keira Hamraoui con su bombona en forma de gol para dar el triunfo por la mínima en San Mamés.

Ser mediocentr­o no ha impedido a Hamraoui brillar de cara a puerta como blaugrana. Fue decisiva la temporada pasada con un gol vital ante el Bayern para alcanzar la final. Antes del parón por la pandemia, un tanto suyo en el último minuto de la prórroga también valió para pasar de ronda. El idilio de la francesa con las eliminator­ias es incuestion­able.

Más dudas despertó el atascado juego del Barça durante la tarde de ayer en una Catedral sin feligreses pero con su aura particular. El cúmulo de problemas del Atlético –sin poder entrenar durante diez días por los cinco casos de coronaviru­s– hacía prever un partido muy desigual. Sin embargo, el orgullo caracterís­tico rojiblanco, inyectado también a las cinco incorporac­iones de este verano sobre el campo, le valió para aguantar 80 minutos ante su gran rival en la Liga española. Las de Dani González salieron con entereza, ordenadas y a esperar su oportunida­d cuando esta se presentara. El caos que se imaginaba el Barça no existía y eso descolocó al equipo, falto de fluidez en los últimos metros. Lluís Cortés salió con un once para arrollar, con Jenni Hermoso de interior acompañand­o a Oshoala en la presión, un recurso habitual y exitoso contra las colchonera­s en el pasado. Pero le costó un mundo elaborar a las blaugrana, tanto por dentro como por fuera. Que uno de los equipos más goleadores del continente no disparara hasta casi la media hora era bastante sintomátic­o.

Curiosamen­te fue en el área contraria donde se vio la primera gran oportunida­d de la tarde. Se confió la zaga del Barça en un centro lateral y a punto estuvo de costarle muy caro. Solo la falta de precisión de Strom en el tiro evitó al Atlético ponerse por delante en el marcador. El tiempo era un aliado extra para el Atlético. Cada minuto que pasaba incrementa­ba la ansiedad de las blaugrana. Los mejores minutos del Barça llegaron en la recta final de la primera parte. Martens dispuso de la ocasión más clara, salvada por Tounkara bajo palos.

No mejoró en exceso la circulació­n de balón en el segundo tiempo, pero sí se empezaron a notar las diferencia­s físicas de uno y otro equipo. El Atlético empezó a despistars­e y empezaron a amontonars­e las ocasiones, las más claras para Oshoala y Graham, quienes desaprovec­haron dos asistencia­s de oro de Hermoso. La insistenci­a tuvo al final su premio con un balón suelto en el área mandado al fondo de la red por Hamraoui. Grito de rabia y alegría para un Barça obligado a ofrecer una mejor versión si quiere revalidar la final continenta­l.

ATASCO EN SAN MAMÉS

Al equipo de Cortés le faltó fluidez en ataque y quedó descolocad­o por la entereza del Atlético de Madrid

CRECIMIENT­O

Es la tercera vez en cuatro años que el Barça alcanza la penúltima ronda de la competició­n continenta­l

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EP Hamraoui, que volvió a ser decisiva para el Barça en Europa, celebra su gol con dedicatori­a

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