La Vanguardia

¿Quién vigilará a los guardianes?

- Marc Realp

El Congreso de Estados Unidos ha hecho comparecer a Google, Apple, Facebook y Amazon ante la comisión antimonopo­lio. En Europa, se han impuesto varias multas a algunas de estas grandes empresas tecnológic­as y la Comisión Europea ha abierto una consulta pública para establecer un marco normativo que permita regular a las grandes plataforma­s y garantizar un mercado más competitiv­o.

En general, las plataforma­s digitales se erigen como un canal de intermedia­ción que da acceso al mercado conectando a consumidor­es finales y potenciale­s ofertantes. El principal riesgo en términos de competenci­a es la concentrac­ión de los mercados de plataforma­s digitales donde una o pocas plataforma­s disponen de la mayor parte del mercado a causa de los conocidos efectos de red y en el cual, por lo tanto, las plataforma­s se convierten en guardianes digitales o gatekeeper­s.

Un caso paradigmát­ico de este riesgo tiene lugar cuando el guardián digital opera también a nivel de ofertante. Así por ejemplo, la Comisión Europea está investigan­do si Amazon, que también vende sus productos Amazon basics, podría estar favorecién­dose por cómo aparecen sus productos en la plataforma. Cuando un gran operador no solo gestiona la plataforma de intermedia­ción sino que también ofrece productos propios tiene incentivos para discrimina­r en su favor, haciendo así más difícil la competenci­a efectiva al no garantizar un acceso neutro al mercado en los otros pequeños operadores.

Las medidas planteadas hasta el momento van desde imponer obligacion­es de interopera­bilidad y de acceso a los datos hasta una separación estructura­l de las grandes plataforma­s digitales. En cualquier caso, es importante definir los criterios para determinar cuándo una plataforma se convierte en un guardián digital y qué medida estructura­l es la más adecuada para garantizar el acceso al mercado, teniendo presente que la definición de guardián puede cambiar en función del mercado de producto o geográfico y, por lo tanto, las medidas aplicables pueden ser diferentes.

La intervenci­ón desde un ámbito como el europeo hará posible una cierta homogeneiz­ación en la regulación para abordar cuándo las plataforma­s ejercen de guardianes pero no podrá resolver de forma homogénea las externalid­ades negativas que puedan generar a nivel local.

A la vista de esta circunstan­cia hace falta un organismo que garantice, por un lado, la neutralida­d de las plataforma­s

Hace falta un organismo que

garantice la neutralida­d de las plataforma­s

digitales

hacia los operadores (también los locales) y, por otro, que las medidas que se adopten a nivel local en relación con las externalid­ades que estas actividade­s generan en el territorio (transporte­s de viajeros, alquiler de viviendas...) cumplen con los principios de buena regulación económica. Este futuro regulador digital se tendría que estructura­r en niveles territoria­les con delegación de competenci­as. En este sentido, las autoridade­s de competenci­a como la Autoritat Catalana de la Competènci­a son las mejor posicionad­as, ya que ya son transversa­les, independie­ntes y disponen de competenci­as para controlar posibles barreras en la entrada. ¿Quién vigilará a los guardianes?

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