El virus acentúa la conciencia fiscal
La emergencia sanitaria ha convencido a muchos más españoles de que sin impuestos no hay servicios públicos de calidad
La pandemia del coronavirus y la consiguiente emergencia sanitaria han puesto a los españoles ante el antipático espejo de la realidad fiscal del país: sin impuestos no es posible mantener unos servicios públicos de calidad y muy especialmente el sistema nacional de salud. Este incremento de la conciencia tributaria se aprecia en el último sondeo del CIS sobre política fiscal y se resume en dos cifras: desde el 2019 ha subido en seis puntos (hasta casi el 64% de los consultados) la tasa de ciudadanos que consideran que los impuestos son necesarios para que el Estado preste servicios y, al mismo tiempo, ha caído en cerca de ocho puntos el porcentaje de españoles que los contemplan como una obligación “sin saber para qué”.
Este último contingente se sitúa ahora por debajo del 19%, pero se acercó al 40% en el punto álgido de la crisis, entre el 2012 y el 2013. Y aunque anteriormente se encontraba en tasas por debajo del 30%, el porcentaje actual de ciudadanos que rechazan la necesidad de los impuestos es el más bajo de los últimos 25 años, ya que hasta el 2019 se mantuvo siempre por encima del 26%
Ahora bien, la encuesta ofrece más indicadores que reflejan el aterrizaje de muchos españoles en la cruda realidad fiscal. Por ejemplo, cae del 53% al 40% la cifra de ciudadanos convencidos de que en España se paga “mucho” en impuestos. La mayoría, el 44%, admite que la carga tributaria es “regular” e incluso uno de cada diez (lo nunca visto) asegura que se pagan pocos impuestos. El contraste con la etapa más dura de la recesión se resume en otra cifra: entre el 2012 y el 2013 casi un 70% de los consultados –y casi 30 puntos más que ahora– consideraban que en España se pagaban muchos impuestos.
Y en cuanto a los beneficios que supone para la sociedad española la recaudación fiscal, en apenas un año ha crecido en cinco puntos (por encima del 37%) el porcentaje de consultados que consideran que la ciudadanía se beneficia mucho o bastante de los impuestos. Esa tasa supone, a su vez, diez puntos más que la que se registraba en el 2013, el año récord del desempleo en España.
Eso sí, no han desaparecido los estragos que la crisis y los escándalos han provocado en la conciencia colectiva de los españoles. Basta recordar que hace 20 años la cifra de ciudadanos que se manifestaban convencidos de que la sociedad se beneficiaba mucho o bastante de la recaudación fiscal rozaba el 44% (siete puntos más que ahora). Ciertamente, la reconciliación de muchos españoles con los impuestos ya se apreció en el mismo sondeo del CIS del año pasado. Entonces, la percepción de que los impuestos son necesarios para la prestación de servicios o para “distribuir la riqueza” ya alcanzó la tasa conjunta más alta del último cuarto de siglo y ahora roza el 80%.
El sondeo actual incluye, además, otra pregunta muy elocuente. En España, ¿se pagan más o menos impuestos que en otros países más avanzados de Europa? La percepción dominante hasta ahora era que se pagaban más. Un 30% tenía y tiene esa impresión. Pero en el 2020 se ha producido un cambio radical en el contingente de quienes piensan que se pagan menos. Este grupo suponía alrededor del 20% de los consultados hasta el 2019. De hecho, hace veinte años solo un 14% de los españoles se mostraba convencido de que en España se pagaban menos impuestos. Pero, atención, ahora es el porcentaje más numeroso: casi un 36% cree que en España se pagan menos impuestos que en los países más avanzados de Europa.
Sin embargo, hay dos aspectos cruciales en los que las opiniones negativas se reducen muy lentamente.
CONTRIBUCIÓN TRIBUTARIA Casi el 80%, la tasa más alta de la democracia, asume que las cargas fiscales son necesarias
REALIDAD EUROPEA
Por primera vez, una mayoría admite que en España se pagan menos tributos que en Europa
DEFRAUDACIÓN A HACIENDA
El 90% sigue pensando que hay mucho fraude fiscal y el 60% cree que apenas se combate
Por ejemplo, la percepción sobre la magnitud del fraude fiscal en España apenas ha variado en el último año: casi el 50% consideraban en el 2019 que se registraba “mucha” defraudación y ahora esa tasa roza el 48%. Eso sí, ese contingente ha caído en más de diez puntos desde el 2018 y casi en 20 desde el 2016. Por el contrario, en lo relativo a los esfuerzos de la administración para combatir el fraude, incluso ha crecido ligeramente la tasa de quienes consideran que se hacen pocos o muy pocos. Y los sucesos de coyuntura tampoco ayudan a mejorar esas percepciones.