La economía sufre, Wall Street gana
La economía de Estados Unidos está en recesión, al igual que la de numerosos países. Los pronósticos del Banco Mundial auguran una recuperación lenta y difícil. Pero Wall Street se mueve en máximos y esta semana ha batido nuevos récords. Mientras la economía sufre, los inversores de la primera bolsa del planeta viven en plena euforia. Hay varias razones que explican esta aparente desconexión entre las dos realidades económicas.
La enorme liquidez que hay en el mercado financiero mundial, a raíz de las masivas inyecciones monetarias de los bancos centrales para luchar contra la recesión, se canaliza en parte hacia la bolsa en busca de rentabilidad, ya que los tipos de interés están en nivel cero. Este es un efecto perverso. El capital tiende antes a optar por la especulación, en busca de ganancias rápidas, que a apostar por inversiones productivas con beneficios a largo plazo. Wall Street, además, podría estar anticipando una intensa reactivación en los próximos meses tan pronto se puedan empezar a inyectar a la población las vacunas contra la Covid-19 que están en fase de investigación avanzada.
La bolsa de Estados Unidos va muy por delante del resto de las bolsas mundiales, incluidas las europeas. El índice más representativo del conjunto de empresas cotizadas, el Standard and Poor’s (S&P 500), se ha revalorizado un 54% desde los mínimos de febrero, al iniciarse la pandemia. De entrada, ello se explica porque en
Wall Street cotizan las grandes multinacionales tecnológicas. Estas han sido las grandes ganadoras de la pandemia y representan un tercio de la capitalización bursátil de la bolsa americana. El auge que ha tenido la economía digital durante los confinamientos de la población a escala mundial ha multiplicado sus beneficios y sus perspectivas de futuro. Este hecho atrae capitales de todo el mundo para invertir en ellas.
La Reserva Federal, además, es el banco central que mayores inyecciones de liquidez ha hecho para reactivar la economía de su país y esta misma semana ha expresado su intención de reforzar sus actuaciones para acelerar la recuperación. Demócratas y republicanos, asimismo, negocian un nuevo plan millonario de reconstrucción, tras los otros dos ya aprobados en los últimos meses. Cuanto más dinero se inyecte en la economía, más combustible habrá para la bolsa.
Ante el riesgo de una posible burbuja bursátil en Wall Street, entre los inversores existe el convencimiento de que la Reserva Federal nunca dejará caer en exceso la bolsa de su país, ya que en ella tienen sus ahorros más de la mitad de los ciudadanos de Estados Unidos. Esto también da confianza a los capitales extranjeros que fluyen hacia ella desde todo el mundo.
¿Cuánto tiempo durará la euforia bursátil en Wall Street? Es la pregunta del millón de dólares. Mientras, Donald Trump no oculta su satisfacción, ya que el alza de la bolsa –que él se atribuye– favorece sus perspectivas electorales.
La primera bolsa del planeta se despega de la crisis y alcanza máximos
en un clima de euforia