Robo en una joyería con la ayuda de una niña
La joyería Zimt de Barcelona –en la calle Entença, entre la avenida Roma y València– sufrió el viernes un robo para cuya ejecución se habría utilizado a una niña, según se desprende de las imágenes captadas por una cámara del establecimiento y del testimonio de su propietaria. El vídeo, al que ha tenido acceso La Vanguardia, muestra cómo los presuntos ladrones distrajeron a las dependientas en varios momentos que fueron utilizados por la menor para entrar en la zona del mostrador y en un escaparate.
Al abrir la tienda, ayer, se echaron en falta algunas piezas de brillantería que se dejaron fuera de la caja fuerte. La revisión de las imágenes grabadas descubrió la fechoría. Anoche se estaba a la espera de visionar más vídeos para precisar el alcance de este golpe silencioso. La intención de los propietarios era, una vez efectuado el recuento de lo supuestamente sustraído, presentar denuncia ante los Mossos.
Los hechos se produjeron dos minutos antes de las 20 horas, cuando cierra el local, momento en el que la caja fuerte suele estar abierta –el viernes no– y con muchos artículos fuera de su lugar habitual a la espera de guardarse mientras la tienda está con la persiana bajada.
El vídeo muestra a tres adultos interesándose por unas joyas, para lo que requirieron la atención de las dos empleadas, una en cada escaparate. Entonces, la niña, con una mochila, entra fugazmente en el local aprovechando que las dependientas no la ven, pasando por detrás del mostrador e introduciéndose en una dependencia posterior reservada al personal. Todo sucede sin dudar, lo que indica que el grupo cocía bien la joyería. En otro instante se la observa entrando en uno de los escaparates justo cuando las vendedoras atienden a las otras personas y les tapan la visión. En los vídeos revisados por este diario no se ve si la menor sustrae algún artículo.
Este establecimiento sufrió en marzo del 2019 otro atraco llamativo, también captado por las cámaras. Dos hombres detuvieron su moto frente al negocio y uno golpeó el escaparate con un mazo para después llevarse el botín.