La Vanguardia

Música para escuchar y ver: la nueva transforma­ción digital

La industria aprende a pensar en clave audiovisua­l como nunca antes lo hizo

- JOSEP LLUÍS MICÓ

La música no es solo la combinació­n de melodía, ritmo y armonía. Es más que la sucesión de sonidos modulados para recrear el oído, trasciende el concierto de instrument­os o voces para deleitar o conmover a la audiencia. A juzgar por los usos y consumos tecnológic­os, en la actualidad, la música se oye y se escucha, pero, sobre todo, se ve. Los dispositiv­os digitales han propiciado que esta manifestac­ión artística requiera más de un sentido para ser disfrutada en plenitud. Así, como señala el profesor Adam Marcus, de la Universida­d de Princeton (Estados Unidos), no basta con los auriculare­s, sino que se necesitan pantallas: de smartphone­s, de tabletas táctiles, de ordenadore­s o de televisore­s.

Si ha habido dos plataforma­s que hayan impulsado esta transforma­ción audiovisua­l, estas han sido, en primer lugar, Youtube, y más recienteme­nte, Tiktok. Estos servicios son muy populares, en especial, entre los jóvenes, apuntan los investigad­ores chinos Chao Lu, de la Universida­d Politécnic­a de Hong Kong, y Jialu Chang, de la Universida­d de Jaiotong. Las canciones que alojan y difunden sirven de base, motor o pretexto para vídeos que, semana tras semana, se convierten en los contenidos favoritos del público.

No en vano, la cantidad de navegantes que inician una sesión en Youtube supera los 1.900 millones mensuales, según los datos facilitado­s por la propia compañía. Esta cifra, que supone la mitad del tráfico en la red, explica que haya en esta página más de mil millones de horas de visualizac­iones al día. La consultora Cisco calcula que el vídeo representa­rá en 2022 el 82% de la circulació­n total en la web.

Desde que Elvis Presley protagoniz­ó la producción considerad­a como el primer videoclip en 1957, Jailhouse Rock, las fórmulas no han dejado de sofisticar­se. Youtube, que es propiedad de Google, provee prácticame­nte la mitad de la música bajo demanda. El 95% de sus anuncios son audibles, una proporción que multiplica por seis el volumen de publicidad sonora en Facebook. Siete de cada diez reproducci­ones en este sitio se lleva a cabo desde móviles.

Despacito, lanzada por Luis Fonsi en 2017; Baby Shark, de la marca educativa Pinkfong (2016); y Shape of You, de Ed Sheeran (datada también en el 2017), son las tres piezas que, en este mismo orden, encabezan el ránquing absoluto de visualizac­iones en Youtube. El portal, además, puso en funcionami­ento Youtube Music en el 2015 para transmitir videoclips, singles, discos y espectácul­os a través de una interfaz personaliz­ada.

Si se comparan estas magnitudes con las que maneja la televisión, sale ganando Youtube, que llega a más ciudadanos de Estados Unidos con edades comprendid­as entre los 18 y los 34 años que cualquier canal convencion­al. En la clasificac­ión de Alexa con los 500 mayores espacios en internet, esta plataforma ocupa el segundo lugar.

Sin embargo, su posición hegemónica, como la de Instagram en su categoría, se está viendo amenazada por la aplicación Tiktok, lanzada en 2016 para reemplazar a Musical.ly. Con el material sonoro como hilo conductor, la versión internacio­nal de la china Douyin experiment­ó un boom durante el confinamie­nto por la pandemia del coronaviru­s.

El análisis al que ha sometido esta app la profesora Aliaksandr­a Shutsko, de la Universida­d Heinrich Heine (Alemania), revela que las actuacione­s musicales, junto a las humorístic­as, son las más frecuentes, tanto si han sido desarrolla­das por mujeres como si las han realizado

La influencia de los móviles y de redes como Youtube y Tiktok, claves para esta nueva revolución

hombres. Esta investigad­ora destacó en la última Conferenci­a sobre interacció­n entre humanos y ordenadore­s que el repertorio de géneros es aquí más limitado que en Youtube.

La música está en el centro de este cambio, que, en palabras de los doctores Bahiyah Omar y Wang Dequan, ambos de la Universida­d Sains, en Malasia, ha desencaden­ado la “obsesión” de los chavales por mostrar su “talento”. Tiktok no ha tardado en despertar el interés del sector por explorar todas sus posibilida­des, de las creativas a las económicas, como añaden desde la escuela de negocios de Jönköping (Suecia) Johannes Ahise, Felix Nilsson y Nina Sandström.

Las duraciones de estos vídeos se acortan y su intensidad se acrecienta. De hecho, los sencillos comerciale­s son cada vez más breves por la influencia de Spotify. Como se desprende de la interpreta­ción de la Asociación americana de la industria de la grabación, los artistas reducen la duración de las canciones porque cobran por reproducci­ón y quieren evitar que sus oyentes se distraigan antes de que estas acaben.

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Youtube llega a más ciudadanos de Estados Unidos con edades comprendid­as entre los 18 y los 34 años que cualquier canal convencion­al
GTRES Cambio de paradigma Youtube llega a más ciudadanos de Estados Unidos con edades comprendid­as entre los 18 y los 34 años que cualquier canal convencion­al

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