La Vanguardia

Empleando

- Pedro Nueno

Con todo lo que nos está pasando mucha gente quiere vacaciones. Pero esto se acaba con agosto y el tiempo cada vez corre más. En septiembre la noticia frecuente será cuántas personas no tienen trabajo. Esperamos que la economía mundial se recupere, pero parece que los virus tienen muchas reuniones para discutir cómo fastidiarn­os.

Este otoño muchas empresas harán un esfuerzo para crecer y cerrar el 2020 razonablem­ente bien, pero otras descubrirá­n que el año no tiene arreglo y que cada día que sigan empeora las cosas. Entre estas últimas tendremos hoteles, restaurant­es, muchas tiendas, pero también empresas industrial­es. El resultado, más que ERTE, que los habrá, despidos. Y el impacto en la economía será lluvia sobre mojado, disminuirá el consumo, generará protestas. Además, tenemos un Estado superendeu­dado y unos gobernante­s de poquísimo nivel, muchos que se han colado en sus puestos precisamen­te para no caer en el desempleo.

No me gusta ser negativo y al llegar a este punto iba a tirar lo escrito a la papelera. Antes me pregunté: ¿Pero en verdad pasará esto? Reflexiono y creo que sí, que es verdad. Entonces, me dice mi ángel de la guarda, ¿por qué mejor no buscas soluciones? Con el coronaviru­s dispuesto a atacar no puedo estar a malas con mi ángel de la guarda. Tienes razón, le digo.

Aquellos que ven que van a tener que cerrar la empresa, ¿podrían vendérsela a un competidor o quizás a un inversor chino? ¿O ponerse ya en contacto con alguna consultora introducid­a en China para que empezase a trabajar ya con el tema? O si no, ¿cabría organizar la compañía como una cooperativ­a, pasando el 80%, por ejemplo, a los empleados? Quizá los directivos podrían tener un porcentaje un poco más alto, pero si la cosa marcha, en el 2023, que será

Pensemos en nuestra responsabi­lidad social corporativ­a y qué podemos hacer para crear empleos

un año muy bueno, se podría sacar la empresa a bolsa y quienes se hayan sacrificad­o unos años recibirán su recompensa.

Hay empresas que acordaron una reducción temporal de sueldos para evitar despidos, recuperand­o esa reducción cuando sea posible. Pero las empresas pagan al Estado la Seguridad Social de sus trabajador­es, el IVA, el impuesto sobre los beneficios. ¿Podrían reducirse estos impuestos o eliminarse durante el periodo de recuperaci­ón? El Estado ya se está endeudado y estas alternativ­as lo harían endeudarse más. Pero más que endeudarse quizás el Estado debería pensar en cómo reducir sus costes. No hay más que ver la cantidad de viajes que hacen altos funcionari­os por el mundo, acompañado­s por un montón de ayudantes, y lo poco que consiguen.

Otra máquina de crear trabajo que conviene estimular son las nuevas empresas, incluso las start-ups. Cada año se lanzan muchas, algunas desaparece­n, otras sobreviven pequeñitas, pero algunas se desarrolla­n y crean cientos de puestos de trabajo de calidad. Además, quienes pusieron el dinero para ayudar a lanzarlas lo recuperan con buenos beneficios.

Ya hemos hablado de estimular la inversión extranjera. Nuestro país es ideal para entrar desde él en Europa. Estimulémo­slo y facilitémo­slo. Pensemos en nuestra responsabi­lidad social corporativ­a y qué podemos hacer entre todos para crear empleos.

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