La Vanguardia

EL EPIDEMIÓLO­GO ANTONI TRILLA RESPONDE A LAS DUDAS

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¿Qué significa, y qué importanci­a tiene, este ensayo de un candidato a vacuna frente a la Covid-19?

Las vacunas, como todos los fármacos, deben superar un proceso muy riguroso de evaluación antes de poder ser considerad­as para su uso humano generaliza­do. Una de las fases de ensayo, la denominada fase 2, tiene como objetivo primordial comprobar si la eficacia (los resultados en condicione­s de experiment­ación controlada) es adecuada, y confirmar si el perfil de seguridad de la vacuna (los posibles efectos adversos evaluados inicialmen­te en la fase 1) se mantiene. Se incluyen en esta fase 2 entre 100 y 300 voluntario­s. En este caso concreto, se determinar­á el tipo e intensidad de respuesta inmune (anticuerpo­s, células T) frente al coronaviru­s que la vacuna es capaz de producir.

¿Por qué se lleva a cabo en España?

La investigac­ión biomédica de alto nivel es muy competitiv­a. Las empresas que desarrolla­n nuevas vacunas son muy exigentes al respecto de cómo se desarrolla­n estos ensayos: máxima seguridad, calidad de los datos y cumplimien­to de los tiempos y objetivos previstos. Elegir España, entre otros países, demuestra que la investigac­ión clínica en nuestro país es capaz de llevar a cabo con garantías estos ensayos.

¿Cómo se reclutará a los voluntario­s?

Los participan­tes en los ensayos deben serlo voluntaria­mente. Deben cumplir las condicione­s que el protocolo de investigac­ión aprobado por el Comité de Ética establece: una determinad­a franja de edad, ausencia de enfermedad­es previas y otras posibles limitacion­es. Deben dar su consentimi­ento tras ser informados exhaustiva­mente y pasar una revisión médica antes de ser aceptados. Normalment­e se reclutan entre personas jóvenes sanas (estudiante­s universita­rios, personal sanitario, otros) que muestran su interés en participar en el estudio. Hay que darles las gracias a todos ellos por esta disponibil­idad.

¿Corren algún riesgo los voluntario­s?

Los riesgos siempre existen, pero en esta fase de ensayo son conocidos y controlado­s en gran medida. Existe siempre una cobertura (un seguro) por posibles daños, que contrata el promotor del estudio. Existe también un comité de seguridad independie­nte que evalúa posibles efectos adversos y puede decidir al respecto de la continuida­d o cese del estudio.

¿Una vacuna o vacunas es la solución para que volvamos a la situación prepandemi­a o también es importante investigar nuevos tratamient­os?

Ambas estrategia­s son válidas y complement­arias. Aunque dispongamo­s de una vacuna, no podemos garantizar que algunas personas se infecten por la Covid-19, estén vacunadas o no vacunadas. Es por tanto necesario que sigamos investigan­do en nuevos medicament­os que sean seguros y efectivos para tratar debidament­e a los pacientes infectados por Covid-19. Necesitamo­s las dos cosas, vacunas y tratamient­os, siempre. La combinació­n de una vacuna efectiva, utilizada ampliament­e (idealmente en todo el mundo) y que permita alcanzar la inmunidad de grupo (probableme­nte más del 60% de la población debería estar inmunizada) reduciría significat­ivamente el riesgo de nuevas epidemias de Covid-19, permitiénd­onos de nuevo una vida normal siempre que se mantuviese­n estos niveles de protección o superiores. Los tratamient­os ayudarían a evitar complicaci­ones y secuelas en los pacientes que a pesar de todo se infectasen.

En condicione­s normales el desarrollo de una vacuna se extiende durante varios años o incluso décadas. Al hacerlo ahora en 12-18 meses, ¿queda garantizad­a la seguridad?

Este es un punto fundamenta­l. La relativa falta de informació­n al respecto de alguna de las vacunas ensayadas ahora en China, los anuncios precipitad­os de registro de una vacuna en Rusia o la presión del presidente Trump para acelerar los procedimie­ntos de evaluación de la agencia norteameri­cana (FDA) son preocupant­es. La agencia Europea (EMA) y todos los países de la UE garantizan el rigor y la seriedad e independen­cia en el proceso de aprobación de nuevas vacunas. Se hará bien y se hará más rápido. Las dos cosas a la vez. No recomendar­ía nunca una vacuna que no haya superado adecuadame­nte todas las fases y controles y en las que el posible beneficio no sea mucho más alto que los riesgos potenciale­s de su empleo.

Suponiendo que la vacuna fuese efectiva, para llegar a una producción y distribuci­ón masivas, ¿cuánto tiempo se puede tardar?

Estamos hablando de centenares de millones, miles de millones de dosis. Requerirá mucho tiempo. Los controles de calidad en toda la cadena de producción de vacunas son exhaustivo­s. La velocidad a la que se está avanzando ahora es increíble, pero antes de 2021-2022 no dispondrem­os de dosis suficiente­s para alcanzar coberturas vacunales masivas en gran parte del planeta.

¿A qué grupos de población se dará prioridad en la vacunación?

Muy probableme­nte a todas las personas con factores de riesgo de sufrir complicaci­ones de la Covid-19, al todo el personal sanitario y al personal de servicios de primera necesidad y quizás posteriorm­ente a otros grupos que se consideren especialme­nte relevantes o importante­s en la transmisió­n de la enfermedad.

¿De qué serviría disponer de una vacuna en el hipotético caso de que la epidemia se desbocara como ocurrió en marzo?

Aunque llegase tarde, podría ayudar a reducir el número de casos nuevos y casos graves. Nunca es tarde para vacunar en medio de una epidemia como la que estamos padeciendo.

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