Italia vota por primera vez en pandemia
El Gobierno de Conte medirá sus fuerzas en las regionales de la semana que viene
La mayoría de los alumnos italianos regresa este lunes a las aulas, con todas las dificultades que conlleva el coronavirus. No son los únicos en empezar de nuevo. También sus representantes políticos han vuelto a clase, y la rentrée se presenta exigente: tendrán que enfrentarse a un examen ya el fin de semana que viene, cuando se celebran las primeras elecciones en Italia después del coronavirus y también un referéndum constitucional, una verdadera prueba de fuego para el Gobierno del primer ministro, Giuseppe Conte.
Los ciudadanos de siete regiones italianas están llamados a las urnas para votar a sus gobernadores, así como los residentes en casi mil municipios que deberán elegir a sus alcaldes. La cita, de gran importancia política, tuvo que ser pospuesta como consecuencia de la pandemia.
Las encuestas no son favorables a las formaciones en el Ejecutivo, el Partido Demócrata (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5E). Según los sondeos, el centroizquierda podría perder hasta tres regiones hacia la derecha, incluyendo Apulia y Las Marcas y un feudo tan importante y simbólico como es la Toscana. Allí el ultraderechista Matteo Salvini ha elegido como candidata a la que fuera su alcaldesa favorita, la europarlamentaria Susanna Ceccardi, que ganó la alcaldía de Cascina (en la periferia de Pisa) cuando antes de ella sólo había gobernado la izquierda en 20 años.
Ceccardi es una candidata forjada en el mismo estilo del capitano: se negaba a que le llamasen alcaldesa (prefería la fórmula masculina sindaco), es buena en televisión, omnipresente en las redes sociales, adora la polémica y se impuso en una zona anteriormente roja. La llaman “la leona”, por su melena, pide ley y orden y se dedicaba a repartir spray pimienta entre las mujeres. Quiere extender el modelo de Pisa –donde en el 2018 se levantó con un alcalde liguista después de décadas– al resto de la Toscana. Y, según la última media de encuestas de la agencia de sondeos Youtrend, se encuentra prácticamente empatada con el 41,5% de intención de voto con el candidato del centroizquierda, el gobernador saliente Eugenio Giani (43,7%).
Donde la derecha da por segura su victoria es en el Véneto y Liguria. Todo apunta que los gobernadores derechistas Luca Zaia y Giovanni Toti revalidarán sus cargos, amparados por lo que sus ciudadanos consideran una buena gestión de la crisis vírica. Las encuestas pronostican un holgado triunfo de Zaia con más del 70% de los votos, un golpe encima de la mesa sin parangón que podría propulsar su imagen de liguista moderado y guardián de las esencias del pasado autonomista del partido. También ayudará a revalidar su imagen de candidato a sustituir a Salvini como líder de la Liga si el exministro del Interior si sigue sin recuperar su tirón en los sondeos nacionales.
El único lugar donde la victoria de la izquierda se da por descontada es la Campania, donde salvo una sorpresa mayúscula se volverá a imponer su actual presidente, Vincenzo De Luca. El gobernador ha ganado una enorme popularidad con la pandemia al atacar con dureza a las regiones septentrionales, y desde Nápoles llegó a amenazar con limitar trenes para evitar una llegada de personas del norte que pudiesen contagiar a sus paisanos. Incluso amenazó con recurrir a un lanzallamas para disuadir a los jóvenes que festejaban durante el confinamiento través de su canal de Facebook, donde realiza unos populares vídeos. De Luca obtendría el 51% de los votos, a mucha distancia del candidato de derechas, Stefano Caldoro, que lograría el 32,2% según los cálculos de Youtrend.
Si la derecha vuelve a mostrar su fuerza en las elecciones regionales Salvini se lanzará a pedir elecciones anticipadas, como lleva haciendo desde que perdió el poder en agosto del 2019. Debe hacerlo porque la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, le está robando la cartera en los sondeos nacionales, donde ya cuenta con el 15% del apoyo. El otro exponente de la derecha italiana, Silvio Berlusconi, se encuentra recuperándose en su suite del hospital privado San Raffaele de Milán de un principio de pulmonía bilateral como consecuencia del coronavirus, pero igualmente está participando a distancia en las reuniones de Forza Italia. Según los últimos informes de su médico particular, el doctor Alberto Zangrillo, Berlusconi se está recuperando favorablemente del azote de la Covid-19.
“Las cosas se podrán poner complicadas para los partidos gubernamentales si solo ganan una o dos de estas regiones”, advierte Gianfranco Pasquino, profesor de Política en la Universidad de Bolonia. Perder la Toscana sería un revés político para el Gobierno en el peor de los momentos, pues en unas semanas deberán redactar los presupuestos y elaborar un plan para explicar a la Unión Europea cómo gastar los fondos del plan de recuperación aprobado en Bruselas. Pero sobre todo, sería un golpe al liderazgo de Nicola Zingaretti como secretario general del Partido Demócrata. Ya hay quien está pidiendo su cabeza. Cada vez hay más seguidores en el PD que creen que Conte –que ha salido muy reforzado políticamente del coronavirus– debería integrarse en sus filas. Esta semana el premier ha intervenido por primera vez en la fiesta del partido, l’unità, cortejando el corazón del centroizquierda, y donde al parecer se sintió como en casa.
El fin de semana que viene se vota también el referéndum constitucional para confirmar la reducción del número de parlamentarios en un tercio, un caballo de batalla del M5E. Se espera que los italianos voten masivamente a favor de la propuesta y que los grillini logren al fin una reivindicación histórica.
También se votará el referéndum constitucional para reducir el número de parlamentarios