La Vanguardia

Tensión en Lesbos por el rechazo al nuevo campo que erige el Gobierno

La policía reprime con gas lacrimógen­o una protesta de migrantes

- GEMMA SAURA

El Gobierno griego trabaja a contrarrel­oj para montar un nuevo campo en la isla de Lesbos donde alojar a los 12.000 solicitant­es de asilo que están tirados desde hace cinco días en carreteras y campos de olivos tras el devastador incendio en el campo de Moria. Los trabajos avanzan entre gran tensión y bajo un fuerte despliegue de seguridad, con isleños y migrantes en pie de guerra contra la construcci­ón de otra instalació­n.

Unos han visto en el incendio una oportunida­d para acabar con la pesadilla de Moria y recuperar su isla; los otros, para acabar con la pesadilla de Moria, donde llevan bloqueados meses –algunos, años– y poder salir de una vez de la isla para proseguir su viaje hacia el norte de Europa.

La policía lanzó ayer gases lacrimógen­os contra migrantes que les tiraban piedras, durante una protesta que fue escalando y que se había organizado frente al terreno que debe albergar el nuevo campo, situado a unos tres kilómetros del puerto de Mitilene, la capital. Al otro lado del cordón, las excavadora­s militares se afanaban para plantar las carpas de Acnur en las que el Gobierno espera poder comenzar a alojar hoy mismo a 3.000 personas, una capacidad que se irá ampliando, no está claro hasta qué cifra. Familias y gente vulnerable tendrán prioridad.

A diferencia de Moria, este nuevo campo será cerrado, un viejo plan que el Gobierno conservado­r presentó cuando llegó al poder hace un año prometiend­o mano dura con la inmigració­n pero que no pudo poner en marcha ante la feroz resistenci­a en las islas del norte del Egeo. Las autoridade­s locales, que estos días han llegado a mandar camiones para cortar las carreteras e impedir el paso de los vehículos del ejército y de las organizaci­ones de ayuda humanitari­a, no quieren ni oír hablar de crear estructura­s permanente­s de acogida en sus islas.

“La idea de reconstrui­r este tipo de cosas debe ser olvidada –dijo ayer el alcalde de Mitilene, Stratis Kitelis, a la cadena Antena TV–. La sociedad de la isla ya no puede más (...) por razones de sanidad, de cohesión social y de seguridad nacional”.

El hecho de que el incendio se haya producido en plena pandemia complica más las cosas. Hay mucho nerviosism­o entre la población local porque el coronaviru­s se propague por la isla, ya que justo antes del fuego se habían detectado 35 infectados en Moria a los que se ha perdido la pista. Una inquietud alimentada también por un discurso oficial que ha identifica­do sistemátic­amente a los migrantes como foco de infección. El campo de Moria ha estado sometido desde marzo a unas normas de confinamie­nto más estrictas que el resto de la población y los solicitant­es de asilo han visto sensibleme­nte mermada su libertad de movimiento.

El ministro de Migración, Notis Mitarakis, explicó que a medida que los refugiados sean admitidos en las nuevas instalacio­nes se les someterá a una prueba rápida de detección de coronaviru­s y los que den positivo serán aislados en una zona de cuarentena que ya está lista.

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ANGELOS TZORTZINIS / AFP Dos migrantes pelean por agua

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