Contra la pobreza infantil
#Invulnerables, el proyecto de sor Lucía Caram con apoyo de la Fundació La Caixa
Cuando en el 2015 el papa Francisco visitó Filipinas, en un encuentro con jóvenes una niña de 12 años le preguntó con lágrimas en los ojos: “¿Por qué Dios permite que haya niños abandonados por sus familias y muchos víctimas de las drogas o la prostitución?”. Y el Papa, en un ataque de sinceridad, le respondió: “Hoy has hecho la única pregunta que no tiene respuesta”.
Sor Lucia Caram, monja dominica, dice en su libro #Invulnerables. Una apuesta de éxito contra la pobreza infantil que se trata de “un maldito misterio” para el que no tenemos respuesta “y solo podemos abordarlo desde el compromiso para cambiar esta lacerante realidad”. Y este es el objetivo del proyecto #Invulnerables que nace en el 2016 como respuesta al último informe de Unicef que daba la cifra de dos millones ochocientos mil niños en riesgo de pobreza en España. Un dato que nos situaba como el segundo país de la UE con más pobreza infantil, superado solo por Rumanía. El proyecto empezó a gestarse el 7 de abril del 2014 cuando le dieron a Lucía Caram el premio Catalán del Año y al ir a recogerlo pidió ante las autoridades “un pacto nacional contra la pobreza infantil”.
La alianza entre la fundación bancaria La Caixa (a través de sus programas Caixaproinfancia e Incorpora), de la Fundación FC Barcelona (con su programa Futbolnet) y del Govern de la Generalitat permitió en enero del 2016 poner en marcha un plan piloto en Manresa con 50 familias. Se trataba de romper el círculo intergeneracional de la pobreza, de trabajar por la igualdad de oportunidades y de promover la colaboración público-privada. Posteriormente la idea se ha extendido a Lloret de Mar, Figueres, Salt, Manlleu, El Vendrell, Lleida, Tortosa, Banyoles, Girona y Ripoll. El esquema es siempre el mismo, desde la Fundació bancaria La Caixa se aporta una inversión inicial (puede estar entre los 80 y los 100.000 euros) para la coordinación del programa y se empieza con 50 familias, seleccionadas con criterios de los servicios sociales, para ir creciendo conforme lo haga la red colaboradora y se consigan atraer otras aportaciones privadas. “Organizamos encuentros con empresarios –explica Caram– que pueden aportar recursos, aunque sea en especies. Puedo poner dos ejemplos: las 40 becas concedidas por Rosa dels Vents o las revisiones en hospitales facilitadas por Natural Optics”. Así, la inversión inicial se multiplica. Y los recursos atienden necesidades infantiles en salud, ocio y educación.
A las familias beneficiadas se les pide un “compromiso de corresponsabilidad” (que estén con los niños, que les acompañen, que participen en talleres...) y un “retorno de la solidaridad” (acciones que pueden ir desde ayudar en la limpieza de un parque hasta habilitar un espacio para actividades). El modelo se quiere extender ahora a dos barrios de Lleida y al de Santa Eugènia (Girona). Se plantea también entrar en el área metropolitana de Barcelona, en Viladecans y Badalona. Y antes de la Covid-19 se quería llevar a otros puntos del Estado en alianza con el padre Ángel y sus Mensajeros de la Paz y el apoyo también de Caixaproinfancia.
Una parte del convento de las dominicas de Santa Clara de Manresa se ha habilitado para un observatorio que coordina las actuaciones. Es un proyecto que crece y cambia realidades. Lucia Caram utiliza las palabras de la madre Teresa de Calcuta para responder a la pregunta de la niña filipina: “La pobreza no la hizo Dios, sino que la hacemos tú y yo cuando no compartimos”. Y contra esa pobreza infantil nace Invulnerables.
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