La Vanguardia

El danés Andersen evita el esprint en Lyon

- X. G. LUQUE

No hubo esprint en Lyon. Lo impidió el danés Soren Kragh Andersen, que se anotó la segunda victoria del Sunweb, dos días después de la de Hirschi, con una renta de 15 segundos sobre un pelotón principal de apenas 50 unidades que se vio sorprendid­o por el atrevimien­to y la solidez del ataque a 3km del final.

La etapa se hizo dura, sobre todo por la marcha que el Bora quiso imprimir para Peter Sagan, al ver que de nuevo el portador del maillot verde, Sam Bennett, tenía un mal día y se quedaba descolgado muy pronto. El equipo de Sagan quiso que Bennett no volviera a entrar en el grupo delantero e incluso, por qué no, mirar de dejarlo fuera de control.

El segundo objetivo no se cumplió y Bennett llegó a la meta formando parte del grupo principal de rezagados, el autobús, a casi 20 minutos pero dentro de los márgenes permitidos.

En la aproximaci­ón a meta hubo ataques sólidos para romper el control que conducía irremisibl­emente hacia el esprint. Lo intentó Lennard Kämna para el Bora, luego Thomas de Gendt y también Julian Alaphilipp­e, pero hubo reagrupami­ento hasta que entró en juego con decisión el Sunweb. Primero fue Hirschi, a 4km del final, hasta que llegó el golpe definitivo, el de Soren Kragh Andersen, a 3 kilómetros de la meta. Tomó una renta preciosa, ya tenía 8 segundos a -2 y la indecisión

CONMOCIÓN CEREBRAL Bardet vomitó el viernes de regreso al hotel y las pruebas aconsejaro­n que abandone el Tour

del grupo perseguido­r hizo el resto. “No tengo palabras, esto lo había soñado, pero siempre es difícil hacerlo realidad. ¡Qué locura!”, declaró el ganador. “Sabía que tenía buenas piernas aunque claro no sabes cómo van los otros. He sufrido, pero ellos también”.

La etapa arrancó de Clermont Ferrand con la baja de Romain Bardet, al que pruebas efectuadas el viernes a última hora detectaron una conmoción cerebral sin gravedad, pero que aconseja reposo. La situación del ciclista francés del AG2R se complicó en el regreso al hotel tras la etapa del Puy Mary, tal y como relató el mánager del equipo, Vincent Lavenu: “Cuando íbamos hacia el hotel pidió que nos detuviéram­os y vomitó. Como ya te

níamos pensado que pasara un escáner, nos dirigimos directamen­te al hospital. Tenía algunos problemas, se movía con más lentitud de la normal”. ¿Habría sido más juicioso que no se le permitiera finalizar la etapa? El médico del Tour que atendió al ciclista en la carretera ofreció sus explicacio­nes: “Su deseo era continuar y no le impedimos hacerlo porque no presentaba síntomas clínicos. Lo que nos decía era coherente y no tuvo problemas para volver a subirse a la bicicleta”, se justificó Florence Pommerie.

El Tour encara hoy otra etapa decisiva por el macizo del Jura, con tres puertos de alta dificultad y especialme­nte el último, la meta en el Grand Colombier. Será, de nuevo, la hora de los favoritos.

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POOL / EFE Soren Kragh Andersen

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