Ingenio contra la pandemia
Las escuelas han ideado clases en patios, gimnasios, pasillos y capillas
Después de que el 13 de marzo se decidiera cerrar los centros escolares, para evitar la transmisión del coronavirus, y con la salvedad de una tímida apertura en junio, hoy vuelven a clase 1,6 millones de alumnos en Catalunya. Las medidas preventivas de la pandemia han afectado a la educación como a ningún otro sector social. Horarios, metodologías y espacios escolares han tenido que adaptarse a unas exigencias sanitarias que se han endurecido tras el verano al ver que no se reducía el riesgo de infección.
El 25 de agosto, los 5.400 centros catalanes recibían con estupor la orden de rebajar el número de alumnos por aula a una cifra inferior a 20 en primaria. Los centros había cumplido con las instrucciones de organización del curso escolar y en sus planes los grupos estables eran de 20 a 25 alumnos. El Departament d’educació y el de Salut han tratado de mantener los planes originales si la estanqueidad estaba garantizada, lo que ocurre en un 30% de los grupos de primaria (no ha trascendido el porcentaje de secundaria). Las localidades más pobladas son también las más necesitadas de espacios.
Así, en los primeros días de septiembre, el 40% de los colegios de Barcelona pidió algún tipo de ayuda al ayuntamiento. La demanda más común han sido jardines, parques o plazas para la hora del patio. Pero también hay demandas de salas en equipamientos municipales concretos. Otros ayuntamientos y entidades públicas y privadas han ofrecido también espacios. Es el caso de
Santa Eulàlia de Riuprimer (Osona), que brindó la biblioteca (sin estrenar) a la escuela Roure Gros, a dos minutos caminando. Allí situarán a un curso de primaria. Como los de P-3 ocuparán el gimnasio, educación física se hará en la Casa de Cultura, en la sala de teatro. La rectoría, por su parte, ha cedido los jardines para el recreo.
El desafío es mantener el sentimiento de pertenencia a la escuela cuando esta se encuentra en varios edificios. Este es un motivo por el que los directores de centro evitan, si pueden, salir de su edificio. Además del riesgo de perder cohesión, otros motivos son el aprovechamiento de los recursos humanos, la seguridad de los niños y la logística en cuestiones tan prácticas como la hora de la comida.
Por eso, la mayoría de las escuelas e institutos han dado rienda suelta a la imaginación. Se han creado aulas en gimnasios, comedores, pasillos, capillas... En las dos primeras semanas de septiembre los docentes se han volcado en encontrar soluciones que garantizaran el cumplimiento de la normativa sin dejar de lado la calidad educativa. Los claustros han debatido sobre diseño de espacios, pero también sobre pedagogía. El instituto Jaume Cabré de Terrassa, por ejemplo, va a mantener las salidas a la ciudad y ha renovado proyectos con las entidades culturales e industriales para que los alumnos trabajen conjuntamente con profesionales. La calle, convertida en una aula móvil. Todos los docentes son tutores, por lo que la media de alumnos por grupo estable es de 11 niños.
Calle, no, pero sí patio, es por lo que han optado otros centros. Las clases al aire libre son la mejor opción epidemiológica para reducir el riesgo de contagio. El inconveniente son las inclemencias del tiempo. Esta es la opción de la escuela Mercé Rodoreda, que irá adaptándose a las circunstancias. Referente internacional en reducción de absentismo, este centro ha encajado un verdadero tetris para dar espacio a todos los grupos, algunos de los cuales tenían sobrerratio, e impedir que se acerquen físicamente.
La escuela de Els Xiprers, situada en el parque de Collserola, al pie de Vallvidrera, plantea un opción más radical. Se plantea todas las clases en el exterior, con la naturaleza como base de aprendizaje. A raíz del coronavirus, las denominadas escuelas bosques, inspiradas en pedagogías centenarias, han suscitado el interés de padres en muchos países europeos. A principios del siglo XX, otras epidemias inspiraron metodologías innovadoras e influyeron en nuevos estilos arquitectónicos.
CESIONES MUNICIPALES
A la vuelta del verano, los centros han pedido espacios externos para patios y aulas
CLASES CON BUFANDA
Los epidemiólogos recomiendan espacios al aire libre mientras el tiempo lo permita
ESCUELAS DEL BOSQUE
Se trata de proyectos educativos vinculados a la naturaleza, a través de la cual se aprende