Otro novato ganador
Morbidelli es el quinto vencedor diferente en cinco carreras de ausencia de Marc Márquez
Cuando el gato no está, los ratones bailan. Quinta carrera sin Marc Márquez en la pista, y quinto ganador diferente en Motogp. Prosigue el vacío de poder en la cilindrada reina, donde, ante la ausencia del campeón absolutista, cualquier secundario habitual se envalentona para ganar. En Misano fue el día de Franco Morbidelli, el cuarto rookie que gana este curso atípico después de Fabio Quartararo, Brad Binder y Miguel Oliveira.
Por cierto, que Quartararo se fue al suelo –dos veces– y se despidió del liderato, ahora en manos de un discreto Andrea Dovizioso, que firmó un 7.º puesto.
Un cambio de liderato que, como la diversidad de ganadores (cinco en seis carreras, con tres motos diferentes), ilustra la anomalía de un campeonato en el que ninguno de los teóricos candidatos a derrocar a Márquez se está imponiendo: ni Dovizioso –pese a un liderato accidental–, ni Álex Rins –ayer se le escapó el podio–, ni Maverick Viñales, que protagonizó el enésimo fiasco cuando más prometía.
En la salida, Viñales volvió a fallar. Una asignatura pendiente del piloto de Roses, que decepcionó otra vez. Desaprovechó la posición privilegiada de la pole ante Morbidelli, que aceleró mejor, y Rossi, que también le pasó, como Miller antes de completar la primera vuelta. Los dos italianos empezaron a tirar con fuerza, con el líder Quartararo en 5.ª posición (perdió dos plazas).
La primera sorpresa llegó en la vuelta ocho con la caída del francés, que no levanta cabeza tras haber ganado las dos primeras carreras en Jerez. Acababa de probar un adelantamiento sobre Viñales y perdió el control de su Yamaha en la curva 4, pudo reanudar la carrera desde la grava, pero lo hizo en la penúltima posición, y acabó cayéndose y retirándose a falta de siete vueltas.
En los primeros giros se constató que Morbidelli no se dejaría intimidar por mucho que su perseguidor fuera su amigo Rossi –le sacaba 7 décimas en diez vueltas–, y que Viñales iría a peor, decayendo hasta la 6.ª posición, superado por Rins, Miller y los dos niños del día, Bagnaia y Mir, los más atrevidos.
Caían las vueltas y Morbidelli, lejos de desinflarse, acrecentaba su ventaja sobre Rossi, incapaz de seguir el ritmo del de Petronas Yamaha, mientras que el Dottore tenía las vueltas contadas por la amenaza que llegaba desde atrás.
El zarpazo llegó de Bagnaia, otro de los cachorros del veterano italiano en la VR46 Academy, que a falta de ocho vueltas se comió a Rins y en el siguiente giro a Rossi, para situarse 2.º, aunque demasiado lejos de Morbidelli como para inquietarle. El italobrasileño, que almacenaba 2,7 segundos, pudo cabalgar en solitario hasta su primera victoria, que atribuyó en buena medida al mérito de su experto jefe de mecánicos, el catalán Ramon Forcada. “Ha sido una carrera perfecta, un fin de semana muy bueno. Era importante elegir el neumático justo. Ramon (Forcada) ha hecho un trabajo excelente, es un crack, me dio una moto prácticamente perfecta para hacer estar carrera”, reconocía Morbido, que durante las últimas vueltas había “tenido tiempo de pensar en muchas cosas, ha sido una sesión psicológica, he pensado en mi carrera tan corta y tan meteórica, hace siete años corría aquí en el campeonato italiano de Superstock; le doy las gracias a quien ha permitido esto”.
La última sorpresa fue el podio de Joan Mir, que adelantó con bravura en la última vuelta a su compañero Rins y en una maniobra magistral a Rossi, al que dejó sin su podio número 200. Es el segundo cajón de la temporada. “Estoy muy contento porque he dado el 100%. Me faltaron un par de vueltas, vi que podía mantener el ritmo y al resto se les iba cayendo”, comentaba el balear.
LÍDER POR ACCIDENTE Andrea Dovizioso, que fue séptimo, se encarama al liderato por la caída de Fabio Quartararo
ROSSI, SIN EFEMÉRIDE El joven Joan Mir birló el podio 200 a Valentino Rossi y a Rins en una última vuelta soberbia