La Vanguardia

Hamilton aprovecha el barullo

El inglés se impone gracias a una resalida y ya está a un triunfo de los 91 de Schumacher

- TONI LÓPEZ JORDÀ

No hay manera de que alguien desbanque a Lewis Hamilton si no hay por medio una sanción, como en Monza o como en la cita inaugural de Austria. Ni la alteración de dos coches de seguridad y de dos banderas rojas –tercera consecutiv­a del año– impidió que el inglés se apuntara su sexta victoria en nueve grandes premios. De hecho, el piloto de Mercedes se aferró a esa interrupci­ón de la carrera, a la segunda oportunida­d que se le brindó, para arreglar un error inicial y hacerse con el triunfo, el 90.º en la F-1. Ya está a uno solo del récord imposible de Michael Schumacher.

En Mugello, donde la F-1 se estrenaba, ocurrió de todo. Y pudo ser grave, con protagonis­mo del coche de seguridad.

La salida fue esta vez de las moviditas, en todos los sentidos: Hamilton perdió el primer puesto de la pole, se lo birló en el arranque un Bottas mucho más despierto y rápido acelerando; Verstappen, que arrancaba tercero, perdió potencia en la recta, fue superado y se lo llevaron por delante hasta la grava, para acabar abandonand­o; Sainz sufrió un trompo que lo llevó al puesto 15; y un toque de Gasly con Grosjean echó al de Alpha Tauri y motivó la aparición del primer coche de seguridad. Todo eso en solo dos curvas.

Tras una neutraliza­ción de 7 vueltas (de las 59 programada­s), se retomó la carrera, pero se volvió a detener con bandera roja por otro accidente, esta vez provocado por el safety-car, que apagó las luces demasiado tarde y causó un efecto dominó que derivó en una peligrosa colisión múltiple: los coches de la parte trasera de la parrilla se pegaron a los del medio, que frenaban para no superar a los precedente­s antes de cruzar la línea de meta, por lo que se produjeron los inevitable­s alcances. Brutal fue la colisión de Giovinazzi con Magnussen, que estaba en medio de la pista parado, y que también afectó a Latifi y a

Sainz, ambos obligados a retirarse.

El madrileño, frustrado, lamentaba lo ocurrido: “Ha pasado una situación muy peligrosa... En la mitad trasera de la parrilla creíamos que la carrera se había lanzado, pero de repente hemos frenado todos y se ha producido un efecto dominó, me he encontrado con el barullo de frente, a una velocidad muy alta”, se quejaba. Se puede decir que el halo le salvó la vida ya que el Alfa Romeo

de Giovinazzi le cayó encima.

Vuelta a empezar desde parado en la parrilla, como en Monza, con solo 13 pilotos en pista. Delante, los dos Mercedes, pero con Bottas al frente y Hamilton a la caza, buscando la ocasión de recuperars­e del despiste inicial.

Y como se podía esperar de un depredador, Hamilton no dejó escapar la oportunida­d de la segunda salida (v. 9) para retomar el liderato.

El inglés aceleró muy bien, se situó detrás de Bottas, le cogió el rebufo y le hizo un exterior en la curva 1 para recuperar el primer puesto. Y empezó a tirar en busca de la victoria. Sin ninguna amenaza, porque ya no estaba Verstappen y porque Bottas, el único que podría inquietarl­e, se descolgó pronto.

“Es decepciona­nte porque había hecho una salida de ensueño. Una vez perdí la posición en la segunda salida no tuve ninguna oportunida­d”, comentaba Bottas.

Pero no había acabado ahí la función. Cuando la carrera se dormía mecida por el dominio monótono de Hamilton, Stroll destrozó su Racing Point en una salida de pista en la que impactó violentame­nte contra el muro de neumáticos en la

Arrabbiata 2. Motivó el segundo coche de seguridad y la segunda bandera roja del día. Faltaban 13 vueltas para la meta.

En la segunda resalida, también desde la parrilla, Bottas tenía ocasión de devolverle la jugada a Hamilton. Pero el finlandés se durmió en los laureles, Lewis conservó el mando y a Valtteri incluso le arrebató momentánea­mente la segunda plaza Ricciardo, hasta que se la recuperó por superiorid­ad mecánica del Mercedes.

El podio lo completó finalmente Alexander Albon, que arrebató la tercera posición con un adelantami­ento de bravura al australian­o de Renault. El segundo piloto de Red Bull es el primer tailandés que sube a un podio en la F-1.

UN GP ACCIDENTAD­O

La carrera se interrumpi­ó dos veces por bandera roja, la primera por una colisión múltiple que echó a Sainz

EL MOMENTO DECISIVO

En la primera resalida de la vuelta 9, Hamilton arrebató el primer puesto a Bottas con el rebufo

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BRYN LENNON / AP A punto de hacer historia En Rusia Hamilton puede igualar el récord de victorias del Káiser

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