Richter se quedó corto
Si la crispación se pudiera medir en términos sismológicos como la escala de Richter, se podría colegir que la política española está a punto de llegar a su punto máximo de 10. Si les sirve de algo a los principales actores políticos, habría que recordarles que nunca se ha alcanzado tal guarismo en la clasificación que mide el grado de seísmos y que desarrolló el norteamericano Charles Francis Richter en 1935. Por tanto, estaría bien un poquito de templanza. La batalla tiene varios frentes abiertos, pero el drama es que se está produciendo en coincidencia con una pandemia descontrolada en muchas comunidades y unas previsiones económicas catastróficas que ponen a España en la cola de Europa. Seguramente se requeriría otro talante, como decía José Luis Rodríguez Zapatero.
Mucho se ha hablado de la actitud poco dialogante del PP y la posición extrema de Vox, pero también hay que destacar que el Gobierno no ha tenido ningún problema en sacar a todos los fantasmas que molestan y movilizan a la derecha: Franco, ETA, el independentismo catalán y la República. Todos juntos y revueltos en la coctelera. Así, este septiembre hemos visto como se iniciaba la tramitación de la nueva ley de Memoria Histórica; como se está negociando con Bildu con el trasfondo del traslado de presos de ETA a cárceles vascas; como se ha abierto la puerta de los indultos y la reforma de la ley del Código Penal para los presos independentistas catalanes, y finalmente el carrusel declarativo de algunos ministros de UP contra la institución monárquica. Demasiado para algunos sectores conservadores que ven España rota y roja al mismo tiempo y en el abismo.
La apuesta de Pedro Sánchez pasa por aprobar los presupuestos como sea, convencido de que ello le dará vía libre para agotar la legislatura sin sufrimientos. El PP, en cambio, está poniendo toda la carne en el asador para evitarlo y que una crisis entre el PSOE y UP provoque un nuevo adelante electoral. Por eso la batalla es tan crispada y los partidos se retroalimentan mutuamente. No hay indicios de que este clima vaya a cambiar y lamentablemente tendremos nuevos episodios en próximos días. En el caso de España, la escala del físico Richter se queda corta.