LAS CLAVES
1
Pedro Sánchez no está dispuesto a cerrarse ninguna puerta en busca del mayor acuerdo posible para sacar adelante sus primeros presupuestos generales del Estado, pese a que su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, presiona para cegar la vía de Ciudadanos y dejar expedita sólo la de la mayoría de la investidura. Esta última opción dejaría las cuentas en manos de Esquerra, y en el PSOE no olvidan el doloroso precedente del proyecto de presupuestos del 2019 que fue tumbado por la enmienda a la totalidad de los republicanos. Sánchez se vio obligado a convocar nuevas elecciones.
2
Mantener en el marco presupuestario a dos formaciones antagónicas y que se excluyen mutuamente, como Esquerra y Ciudadanos, será un quebradero de cabeza para Sánchez. Pero con el movimiento estratégico de anunciar la tramitación de las peticiones de indulto para los condenados del
procés, logró aproximar a ERC sin que Cs se viera obligado a romper la baraja, ya que se trata de un trámite de obligado cumplimiento por ley.
3
La política de distensión en Catalunya que Sánchez quiere impulsar ante el inminente fallo del Tribunal Supremo sobre la inhabilitación de Quim Torra y el aniversario del 1-O, dificulta la determinación de Ciudadanos de mantenerse en el marco del pacto presupuestario y ocupar un espacio propio en el nuevo escenario político, ante la redoblada presión del PP. La polémica por la ausencia del Rey en Barcelona y la guerra abierta por la gestión de la pandemia entre el Gobierno y el ejecutivo de la Comunidad de Madrid, donde Cs mantiene una difícil cohabitación con el PP, dispara las tensiones.