Convenio para restaurar Santa Maria del Mar
La subvención que la Generalitat ha destinado para obras mayores de restauración de Santa Maria del Mar para el cuatrienio 2020-2023 forma parte del nuevo convenio entre el Departament de Cultura y Santa Maria del Mar, que prevé una aportación anual de cada uno de 120.000 euros. Este convenio está en continuidad con el firmado en el 2006, cuando era párroco de la basílica Mn. Abert Taulé, y gobernaba el tripartito en la Generalitat, habiéndose actualizado en los gobiernos posteriores (2009, 2010, 2013, 2014, 2020). ¡Hay que decir que esta continuidad es un buen signo en la valoración cultural, artística y religiosa de Santa Maria del Mar, más allá de cualquier significado político, y honestamente hace falta reconocerlo y celebrarlo!
Este convenio com- porta que nuestra parroquia de Santa Maria del Mar tenga que aportar la cantidad anual de 120.000 euros durante cuatro años. Confiamos en que se puedan ir normalizando las visitas culturales de la basílica, que de forma relevante ayudan a nuestra economía, para poder llevarla a cabo. Hay que tener presente, además, que Santa Maria del Mar ya ha avanzado en previsión del convenio una notable aportación económica para subsanar con urgencia –¡precisamente durante la pandemia!– la crujía 2 norte de la basílica muy deteriorada por la “peligrosa” caída de piedras.
No puedo negar la alegría unida a la responsabilidad y desafío que comporta esta subvención en el convenio, ya que nuestra basílica tiene varios puntos muy urgentes, “delicados
y peligrosos” para restaurar, especialmente en las crujías 3 y 4, norte; 1, 2, 3 y 4, sur, todo fruto del incendio de once días que sufrió en el año 1936, parece que el mayor de toda España. ¡Confiemos, pues, en que este convenio posibilite una mayor consolidación y mejor seguridad de la basílica, que sigue siendo reconocida como uno de los mejores y más preciosos interiores góticos del mundo!
Y al mismo tiempo, Santa Maria del Mar quiere seguir dinamizando una comunidad parroquial viva con niños, jóvenes filipinos y latinoamericanos, así como con gente mayor proveniente desde hace tiempo de nuestras tierras. Se constata que la Iglesia católica de barrios populares, sobre todo en las ciudades –como la comunidad de Santa Maria del Mar–, será fuertemente filipina y latinoamericana o difícilmente será. De aquí también la importancia de procurar unas celebraciones dominicales acogedoras (12 h: misa mayor internacional; 19.30 h: misa con latinoamericanos), así como promover a un laicado vivo de acción católica general, reforzando la presencia en el barrio, subviniendo sus necesidades más duras con Cáritas y velando por una realista e ilusionada preparación de las bodas. ¡Todo para llevar mejor a cabo la propuesta del papa Francisco, que nuestro plan diocesano recoge, como es el de promover cada vez más una “Iglesia en salida”!
La Iglesia católica de barrios populares debe dinamizarse
y abrirse a las comunidades de
inmigrantes