La lluvia fina de la cultura
Puede la cultura, en este caso una serie de televisión basada en una gran novela, mejorar la realidad y contribuir a consolidar la paz en un país aún muy tocado por la violencia?
Contra lo que pueda pensarse fuera del País Vasco tras diez años de paz, las heridas del conflicto siguen allí abiertas, casi en carne viva. Lo dicen los analistas locales, lo demuestran las reticencias de la gente a comentar el asunto a los periodistas de fuera y lo asumen los artífices de la ya aclamada serie que, fiel al libro de Fernando Aramburu, HBO acaba de presentar en el Festival de San Sebastián y lanza a partir de hoy en su plataforma.
El creador y director de la obra audiovisual, Aitor Gabilondo, desearía que su trabajo sirviera como punto de sutura sobre esa heridas; que contribuyera a quebrar el enroque de amplios sectores en sus posiciones de siempre; un atrincheramiento que dificulta el diálogo hacia la reconciliación. “Tuve muchas dudas durante todo el proceso de la serie, pero al final pensé que es mejor hablar. Es contando historias como podemos curarnos”, afirma.
Pero Gabilondo no se engaña.
“Para algunas generaciones será muy difícil. Y no basta con hablar de uno, de la experiencia propia; lo importante es abordar el futuro, como sociedad. Aún queda mucho, todo está muy reciente. El ambiente es más sereno, ya no hay violencia: pero está el eco, y habrá que analizarlo desde muchos puntos de vista”.
Escribe Alberto Moyano en El Diario Vasco que la novela de Aramburu contó sobre el terreno “con devotos admiradores y críticos detractores que en uno y otro caso no siempre necesitaron leerla para fijar posiciones”. Y añade que resulta “probable que con la serie suceda tres cuartos de lo mismo”. Sugiere así que la polarización en Euskadi sigue tan vigente que seguramente la Patria de HBO servirá para que unos y otros se reafirmen en sus respectivas posturas de siempre.
Y sin embargo, ¿quién hubiera imaginado hace unos pocos años que una serie de televisión iba a poner al País Vasco ante el espejo del miedo de gran parte de su sociedad frente a las atrocidades de ETA, y que no pasaría nada? ¿Que ocho capítulos de drama nos recordarían
nuestras miserias, incluida la nefasta respuesta de todo un Estado a un conflicto tan sangrante, y que nadie con dos dedos de frente osaría poner objeciones?
Y es que la Patria de Gabilondo, con Elena Irureta y Ane Gabarain en los papeles protagonistas, es una serie hecha con honradez, emoción y fuste por gente que vivió de cerca aquel horror. Es una historia verdadera que llega cuando podía y tenía que llegar. Es cultura de la buena. Y la cultura, aunque no traiga soluciones, siempre ayuda. Va calando sin que nos demos cuenta. Como la lluvia fina del norte.