Los primeros pasos
Tres partidos amistosos son poco bagaje pero Koeman ya ha dejado entrever qué busca para su nuevo Barça
Tres partidos son aún poco bagaje para determinar comportamientos tácticos concretos, pero sí para apuntar algunas cosas que busca el nuevo Barça de Koeman. Aquí las más destacadas:
4-2-3-1, ORDEN Y VELOCIDAD
Es lo que ha mostrado el Barça hasta el momento. Seguramente, la extraña pretemporada ha tenido mucho que ver en que Koeman haya dejado claras sus intenciones desde el inicio. El técnico blaugrana quiere que su equipo juegue en un 4-2-3-1 de roles muy marcados. Buena prueba de ello es que los 270 minutos de preparación disputados han sido bajo esta estructura. El doble mediocampista es muy posicional en busca de orden detrás de una línea de medias puntas con más libertad. Asimismo, el hecho de incorporar a un jugador más ofensivo provoca que los ataques sean más directos, pero también las circulaciones han mostrado más velocidad. Parece que una de las premisas del holandés es la de reducir toques para las posesiones en campo rival.
EL CENTRO, ENCLAVE PARA MESSI
Partió desde la derecha en el primer amistoso para jugar centrado en los dos siguientes (media punta y falso nueve respectivamente). La posición del diez es clave porque es lo que va a marcar la conducta general del resto del equipo tanto para la presión como también para la ocupación de los espacios arriba. Messi seguramente se siente más participativo iniciando la jugada desde fuera, pero el equipo es más estable si juega por dentro. De confirmarse esta nueva ubicación, el auténtico reto del Barça pasará por conseguir que el argentino esté en los números habituales de participación en una situación más cercana al área rival.
SIN CAMBIO EN LA RELACIÓN EXTREMO-LATERAL
El cambio de sistema ha conllevado algunas variaciones tácticas pero el Barcelona sigue otorgando la responsabilidad de la amplitud a los laterales en territorio adversario. Los extremos empiezan la jugada abiertos pero pasan a zonas interiores al llegar al último tercio. Y eso es lo que busca Koeman. Se demuestra en las alineaciones: si consideramos a Ousmane Dembélé como ambidiestro, todos los onces del holandés han sido con los extremos a pierna cambiada. No han jugado ni un solo minuto situados a pierna natural.
UN CONTEXTO PARA QUE RECIBA DE JONG
Otro aspecto apreciable es que el entrenador holandés prefiere que sea De Jong el que inicie el juego. Algo que se evidenció sobre todo a partir del encuentro ante el Girona en el que el centrocampista blaugrana acudió más de lo habitual a la plataforma del juego. Y parece que para ello se apoyará en un par de movimientos. Mientras el otro medio (Busquets, Pjanic o Aleñá) estira ligeramente su posición, Jordi Alba abandona su zona para tirar hacia arriba. Y como resultado aparece una franja para que De Jong pueda recoger en el espacio del lateral izquierdo.
PRESIÓN EN 4-2-4; REPLIEGUE EN 4-1-4-1
En el apartado defensivo sí hay variaciones sustanciales. Este sistema, que tiene debilidades con balón, es una de las estructuras más favorables para presionar ya que propicia emparejamientos más claros y esfuerzos más cortos. El nueve va con un central, el media punta con el otro y los jugadores de banda sobre los laterales. De esta manera, el Barça adquiere una forma de 4-2-4 cuando lanza la presión. Si no es efectiva y hay que replegarse, vuelve a cambiar de estructura para pasar al 4-1-4-1 con Messi descolgado arriba, los medias puntas trabajando sus respectivos lados y un pivote ligeramente por detrás de línea.
LLEGAR CON MÁS EFECTIVOS Y ACABAR JUGADAS
Este factor es muy propio del sistema utilizado y que puede servir al equipo para atenuar la disminución de gol que supone la salida de Luis Suárez, a la espera de posibles fichajes. El hecho de contar con cuatro delanteros hace que siempre se pise área con, al menos, tres. Es difícil que, por muy vertiginoso que sea un ataque, se pierdan dos efectivos. Y eso provoca que se ocupen las tres zonas del área (corta, medio y larga). De los cuatro goles conseguidos de jugada en los tres amistosos, dos han sido aprovechando este aspecto: centro desde la corta y remate de un jugador que llega al palo largo. Y es que acudir con más gente también responde a la voluntad de Koeman de acabar las jugadas siempre que sea factible. Es cierto que han sido contrincantes de menos entidad, pero no es casualidad que el Barça haya acumulado 41 remates ante Girona y Elche. A una media de 20,5 por partido, muy por encima de los 13 de la temporada pasada.
EL RIESGO DE PARTIRSE
El gran peligro de este dibujo es el de quebrarse como conjunto. De hecho, es un factor tan probable que suceda en esta estructura que acaba apareciendo casi irremediablemente en alguna situación de partido. Un tema que quedó plasmado en el gol encajado ante el Nàstic. Así que uno de los grandes objetivos del equipo pasará por minimizar las situaciones de bloque partido. Y para ello será imprescindible un alto compromiso de los tres medias puntas para trabajar.
¿HABRÁ ESPACIO PARA EL TALENTO JOVEN?
Esta es la gran pregunta del futuro inmediato. Con la declaración de intenciones del técnico con Riqui Puig y después de las buenas vibraciones que han dejado los talentos de Ansu, Trincão o Pedri, una incógnita remarcable pasa por si Koeman les dará cancha o deberán esperar. El momento es idóneo, pero todos ellos necesitarán de la valentía y la convicción del entrenador para ser protagonistas.