“El físico acaba con el juego”
Que el preparador físico es más relevante para los futbolistas es incuestionable. Su influencia ha condicionado observar un fútbol más intenso, donde algunos equipos se permiten el lujo de presionar de manera incansable durante muchos más minutos y ser más veloces en las transiciones ofensivas o el repliegue. Se chuta más fuerte, se es más eficaz en el cuerpo a cuerpo, más explosivo en carrera... Sin embargo, eso no implica que el fútbol sea mejor que antes en cuanto a juego se refiere. Así lo cree toda una eminencia de la actividad física como es Paco Seirul·lo, jefe de metodología del Barça.
Para Seirul·lo existe un desajuste notable entre esa evolución palpable de la condición física y la evolución del juego. “Los clubs no han encontrado la manera de equilibrar los dos elementos. Ahora no importa hacerlo bien, sino hacerlo muchas veces y de manera repetitiva sin mejorar la calidad de la acción, corriendo más para aumentar las probabilidades de obtener un resultado favorable. Se da prioridad a lo cuantitativo por encima de lo cualitativo cuando este último aspecto era la idea inicial de la condición física. La cantidad siempre mata la calidad”, profundiza Seirul·lo, quien esta semana cumplió 46 años en el club blaugrana.
El resultadismo tiene mucho que ver en esa apuesta por el físico, pues “a corto plazo es más rentable entrenar a los jugadores para correr que para jugar”. Las prisas y la inmediatez desde los despachos se apoderaron desde hace tiempo del fútbol, y eso condiciona las prioridades a la hora de planificar los entrenamientos. “Se dedica mucho tiempo a la forma individual del jugador y no hay que olvidar que el fútbol es un deporte de equipo. Correr más que el contrario no significa jugar más que el contrario”.
Seirul·lo considera “una moda” la creencia en el aspecto físico si esta no va de la mano de la tecnificación. La creencia será desmontada el día que un equipo vuelva a dar protagonismo al juego asociativo y consiga logros que le conviertan en el modelo que seguir. “El físico acaba con el juego, como pasó en tiempos pasados, pero luego resurge de nuevo cuando aparece ese fútbol dinámico y atractivo. Son ciclos. No creo que haya nadie que corra más que el balón. Este no se cansa, los jugadores sí; el físico tiene un límite, la comprensión del juego no”, insiste.
Y recuerda la importancia de trascender por encima de pensar únicamente en la victoria: “Pasan a la historia los futbolistas que han tenido calidad, no los que han corrido mucho”.