“Se cuidan todos los detalles”
La nutrición es, sin lugar a dudas, una de las principales responsables de este gran cambio: “Se está viendo que, cada vez más, la figura del nutricionista juega un papel importante sobre la incidencia del rendimiento del jugador profesional y los clubs cada día son más conscientes de ello y quieren incorporar a estos profesionales en su staff”, reconoce Sergi Mateo, nutricionista del Girona FC desde hace cinco años.
La alimentación de los futbolistas ahora se mide al milímetro y de forma personalizada con el objetivo de lograr la “composición corporal correcta” que les permita “prepararse mejor para tener un buen rendimiento, una buena salud y perderse el mínimo de partidos posibles”, explica Mateo, autor de Se juega como se come y Cocina que sales.
Esta ingesta debe ir dirigida a “cubrir las demandas del partido y de la recuperación para el próximo entrenamiento o partido” y se fundamenta principalmente en carbohidratos, añadiendo también proteínas saludables, lípidos y vegetales, todos ellos complementados siempre con una hidratación correcta.
El juego es más rápido ahora que hace unas décadas y la carga de partidos es más alta, esto obliga a los clubs a trabajar en la recuperación de sus futbolistas. “Cada vez hay más partidos en menos espacio de tiempo, lo que implica cuidar los detalles al máximo. La nutrición nos permite que cada
jugador pueda tener la máxima recuperación entre partidos para hacer frente a los calendarios tan exigentes del fútbol profesional”.
Los propios futbolistas tienen un papel activo en este cambio: “Cuando empecé hace cinco años era necesaria una educación nutricional más básica hacia el jugador, pero cada vez más me encuentro que los jugadores llegan más preparados y son más conscientes de que la nutrición, entre otros factores, tendrá un papel relevante en su rendimiento”.
Por otro lado, la tecnología se ha convertido en un aliado indispensable para entender este brutal cambio físico en los futbolistas durante las últimas décadas. “La tecnología GPS nos ayuda a saber mejor la carga que ha tenido el jugador en cada entrenamiento, y con esta información regulamos su ingesta nutricional”, detalla Mateo, que pone en valor la alimentación individualizada como elemento clave de esta ecuación: “Los equipos de fútbol ahora somos pequeños laboratorios donde se cuidan al máximo todos los detalles. La nutrición juega un papel muy importante y cada vez lo hará más. El control del detalle del jugador tendrá un factor diferencial también en el futuro, saber las demandas específicas de cada jugador”.