La Vanguardia

“Iremos en solitario a las elecciones, y quiero ser candidata”

Marta Pascal, secretaria general del PNC

- SERGI QUITIAN

Marta Pascal (Vic, 1983), abandonó el PDECAT este mayo por sus diferencia­s con la línea de Carles Puigdemont. Parece que haya pasado una eternidad, pero son menos de cinco meses y hoy aquellos avisos están cerca de hacerse realidad con la ruptura entre la formación heredera de CDC y Jxcat. Sea como sea, ella no quiere saber nada, está centrada en el nuevo proyecto político que dirige: el Partit Nacionalis­ta de Catalunya.

La inhabilita­ción del presidente Quim Torra parece inminente, ¿el PNC ya prepara el engranaje electoral?

Estamos preparados y con ganas de poner el motor en marcha.

¿Las elecciones, pues, cuanto antes mejor?

Sí, creemos que todavía estamos a tiempo que Torra convoque elecciones, la Generalita­t hoy está debilitada por la disputa entre ERC y Jxcat, y la propia interna dentro Junts, y no tiene capacidad para poner soluciones a la crisis sanitaria, social y económica que vivimos.

¿El PNC cómo irá a las urnas?

A día de hoy solo nos planteamos ir en solitario porque hemos construido un proyecto que hasta ahora no existía en el panorama electoral catalán, un partido desacomple­jadamente nacionalis­ta, de orden y con vocación de transforma­ción económica y social.

¿Pascal será la cabeza de lista?

Hemos empezado el proceso para escoger a los candidatos en las cuatro demarcacio­nes y yo ya he comunicado a la ejecutiva que tengo la intención de presentarm­e.

¿E irá acompañada de otras personalid­ades próximas al grupo de Poblet como Carles Campuzano y Lluís Recoder?

El papel del grupo de Poblet en este espacio que estamos haciendo, desde la independen­cia orgánica, es muy importante y contamos con todos los activos, pero son decisiones que tiene que tomar cada uno.

¿Qué peso tendrá el eje nacional en el PNC?

Queremos hacer compatible­s los ideales y las soluciones, contra lo que dicen algunos que hablar de la gestión del día a día es traicionar unos ideales. No hacemos ninguna renuncia y nuestro horizonte es un referéndum acordado, pero mientras eso no sea posible tenemos la obligación de atender los problemas de la ciudadanía, y para hacerlo hace falta rehacer confianzas para una relación bilateral con el Estado y ser exigentes.

¿En esta bilaterali­dad hay que abordar una salida para los presos ahora que se habla de indulto y reforma del Código Penal?

Sí, hasta ahora todo eran buenas palabras sin aproximaci­ón concreta, pero tanto la modificaci­ón del tipo penal de la sedición como la tramitació­n de los indultos van en la buena dirección. Nosotros apostamos por la amnistía, pero no estamos en condicione­s de rechazar nada.

¿Este posibilism­o se acerca más a ERC que a la Jxcat de Puigdemont?

La línea política de Puigdemont es una confrontac­ión, que ahora dice inteligent­e y no sé cómo debió ser antes, mientras que Esquerra no renuncia a ningún instrument­o para conseguir la independen­cia.

¿Esta gestión del mientras tanto tiene horizonte temporal?

Renunciamo­s a la desobedien­cia y la unilateral­idad, ponernos la soga en el cuello con límites temporales es un error.

El procés siempre ha sido marcado por fechas concretas.

En Catalunya, después de estos 10 años hace falta un reenfoque del procés. Tenemos que ser capaces de convencer a mucha más gente y sobre todo poner sobre la mesa caminos de posibilism­o que realmente nos lleven al objetivo sin olvidar lo que hoy tiene que ser una prioridad, gestionar el día a día. La recuperaci­ón económica no puede estar condiciona­da a un referéndum.

¿Teme que la apuesta del PNC quede disuelta si se atomiza el espacio postconver­gente en varias candidatur­as?

En torno a este espacio hay hoy mucho ruido, pero eso ocupa a otras formacione­s, no a nosotros. Ningún otro partido está marcando las prioridade­s que nosotros señalamos como necesarias. Queremos hacer crecer el PNC y que pueda ser influyente en todas las cámaras legislativ­as que podamos, desde cualquier pueblo al Ayuntamien­to de Barcelona, hasta el Parlament, el Congreso y el Senado o el Europarlam­ento. Si no quisiéramo­s eso no habríamos dado el paso de hacer un partido nuevo, no estamos para ocupar cuotas o ir a acuerdos de despachos.

¿El PDECAT, si da el paso de separarse de Jxcat, no puede ser un compañero de viaje?

Es un espacio donde tengo buenos amigos, pero en su momento ya me marché por mi incomodida­d con cómo se hacían las cosas. Veremos cómo va y si el PDECAT no acaba pactando con Jxcat, pero para mí ya es una etapa pasada y cerrada.

¿Reniega de la herencia convergent­e?

No, de hecho tengo la sensación de que yo no me he movido de donde estaba, siempre he defendido este planteamie­nto de pragmatism­o sin renunciar a los ideales, marcando un perímetro posibilist­a que no sobrepase la ley. Son otros los que se han alejado de esto.

Con Units per Avançar hubo conversaci­ones.

Cuando nos formamos como partido hicimos una ronda de presentaci­ón con fuerzas políticas y con alguna de ellas podíamos compartir algunos puntos, pero nunca ha habido una negociació­n formal. Estamos centrados en proyectar el PNC al margen de otros partidos.

¿Y después de las elecciones, con quien está dispuesto a hablar el PNC si entra en el Parlament?

El PNC quiere romper la dinámica de bloques, remover las trincheras porque las dos partes están dificultan­do que los catalanes tengan un gobierno que resuelva las prioridade­s del día a día. Y lo queremos hacer desde un centro claro y ordenado, como punto de recogida entre el catalanism­o y el nacionalis­mo.

Siempre se ha mostrado muy crítica con lo que ve como servilismo de Jxcat y ERC con la CUP. ¿La entrada del PNC puede cambiar esta ecuación?

Es una posibilida­d. Uno de los problemas de los últimos años ha sido la influencia política de la CUP porque un extremo nunca puede condiciona­r la voluntad de la mayoría.

¿Apoyarían un gobierno independen­tista con una fórmula similar a la actual?

Ni estaremos ni apoyaremos un gobierno que no tenga muy claro que la frontera es la unilateral­idad y la desobedien­cia, y que la prioridad tiene que ser la recuperaci­ón económica y la gestión del día a día, a pesar de tener el ideal final de un referéndum acordado.

LA GESTIÓN DIARIA,PRIORIDAD “La recuperaci­ón económica no puede estar condiciona­da a un referéndum”

LA HERENCIA DE CONVERGENC­IA “Yo no me he movido del pragmatism­o sin renuncias, son otros los que se han alejado”

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ANA JIMÉNEZ Pascal encara una nueva etapa política al frente del Partit Nacionalis­ta de Catalunya

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