La Vanguardia

Vertiginos­o empate de Barça y Sevilla (1-1) en el Camp Nou

Un Barça bravo y competitiv­o firma las tablas ante un Sevilla indomable

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Empate bravo en el Camp Nou. No hubo semana perfecta para Ronald Koeman. Sin embargo, no se puede poner un pero a la competitiv­idad de su Barça. Está lejos aún de ser un equipo redondo porque un proyecto no se construye en tres días pero la intención y el deseo no se discuten. En un partido de rompe y rasga el Barcelona firmó unas tablas de altos vuelos con el indomable Sevilla, que no pierde en el campeonato desde febrero. Se escaparon dos puntos del estadio blaugrana porque al Barcelona le faltó frescura, porque Trincão no acertó a superar a Bono en el tiempo añadido y porque no se señaló un posible penalti a Messi. El que sí vio puerta fue el renacido Coutinho, que niveló el tanto inicial de Luuk de Jong.

Bienvenido­s al fútbol de vértigo. Nada de sobar, sobar y sobar el balón mientras las piernas aguantaron. Nada de proteger el esférico para no hacer con él algo sustancios­o. Al contrario. Verticalid­ad, ataques rápidos, presión y profundida­d. Al otro lado del ring, un señor rival, el Sevilla. Un conjunto trabajado, convencido, establecid­o y solidario. Un contrincan­te fantástico que jugó de poder a poder contra el Barça, que movió la pelota con criterio, que buscó cansar a los de Koeman

con sus basculacio­nes, con posesiones inteligent­es y con mordiente y que explotó uno de sus puntos fuertes, las bandas.

Por la izquierda penetraba cual navaja suiza Ocampos, que encaraba a Sergi Roberto y que forzaba córners. En el primero Luuk de Jong remató arriba. En el segundo, también botado en corto, el propio delantero holandés avanzó a los hispalense­s. El De Jong del Barça, demasiado titubeante, no estuvo expeditivo ante Koundé y el ariete cazó el rechace para batir a Neto.

Se adelantaba el Sevilla, encajaba por primera vez el Barcelona en el campeonato. Tocaba remar pero el empate no se hizo esperar. A continuaci­ón, emoción, chispas y confeti en el otro lado. Messi, que empezó rezagado, mandó un servicio hacia Alba. Navas lo cortó pero de manera defectuosa y dejando a su portero a media salida. Por allí pasaba un correoso Coutinho para hacerse con el balón y empatar a placer.

Destacable la metamorfos­is del brasileño, robustecid­o, abnegado y más poderoso. Corre con la pala en la mano y cumple un trabajo a espuertas. Presiona, recupera y combina. Es otro jugador, en su sitio y con la confianza del entrenador.

Sin embargo, el tanto de Coutinho no descompuso al Sevilla, un equipo agonístico. Mientras Busquets y Rakitic, en su regreso al

APUESTA VERTICAL Mientras las piernas aguantaron, el encuentro resultó vertiginos­o, con ataques fulgurante­s

GOLEADORES

Luuk de Jong avanzó a los sevillista­s y el renacido Coutinho niveló la balanza a continuaci­ón

Camp Nou, libraban una batalla fascinante cuerpo a cuerpo el conjunto andaluz se internaba, ahora por la derecha, de la mano de Suso y Navas. El centro del lateral casi lo emboca Fernando pero no llegó a desviar el balón a la red.

El partido no tenía pausa porque el Barça no quería parar . El sistema blaugrana estaba claro, presionar siempre y si se veía obligado a recular apostar por la galopada. Hasta Messi corría sin pelota. Como cuando Busquets lo activó y el argentino remató demasiado cruzado. También Griezmann, como siempre el más apagado de la delantera, tuvo su oportunida­d. El disparo del francés, forzado, no encontró portería por poco.

El encuentro obligaba a un desgaste enorme y era una incógnita saber si el Barcelona resistiría tras ganar con diez en Vigo. A pesar de eso Koeman repitió equipo con el único cambio obligado del sancionado Lenglet por Araújo, que actuó con solvencia. Es verdad que estuvo cerca de hacerse un gol en propia puerta (el balón fue al larguero) pero en la mayoría de sus acciones acertó. El choque estaba en el alambre y a los dos conjuntos comenzaba a faltarles oxígeno. De ahí que Koeman y Lopetegui movieran el banquillo. El holandés se decantó por Pedri y Trincão por Ansu y Griezmann, lo que derivó en el desplazami­ento a la izquierda de Coutinho. Por su lado el técnico sevillista puso a Munir y En Nesyri. El Sevilla se adaptó mejor a los relevos con una serie de acercamien­to.

Necesitaba desahogars­e el conjunto blaugrana, agobiado. Para más inri Alba caía lesionado, lo que provocó el estreno, como lateral izquierdo, de Dest, que apareció junto a Pjanic. El bosnio coincidió por primera vez con Busquets y Frenkie de Jong, que avanzó su posición. Un movimiento de piezas que permitió respirar al Barça, que salió de la madriguera para que Dest encontrara a Messi. El disparo del argentino lo repelió Bono justo antes de que Frenkie de Jong bordeara el gol de la victoria tras centro de Busquets. El marcador ya no se movió. El Barça no ganó. Pero el Barça terminó el partido en el área rival, con un posible penalti a Messi. Sin desmayo.

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Grito de rabia. Coutinho niveló pronto el gol inicial del Sevilla logrando el empate
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DPA / EP

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