La Vanguardia

Contagio masivo en casa de Trump

El acto en la Casa Blanca para nominar a la juez Barrett, con ocho positivos entre los invitados, está en el punto de mira

- GEMMA SAURA

Hacía apenas tres días que Estados Unidos había alcanzado la dramática cifra de 200.000 muertos por coronaviru­s –récord mundial– pero en la Casa Blanca, aquel sábado 26 de septiembre, todo estaba a punto para una ceremonia multitudin­aria con aroma a fiesta. Donald Trump presentaba formalment­e a su nominada para el Tribunal Supremo, la juez Amy Coney Barrett, una oportunida­d de oro para los conservado­res de inclinar definitiva­mente y por decenios la balanza ideológica en la más alta instancia judicial. Y una de las mejores bazas de la campaña de Trump para lograr su reelección el 3 de noviembre.

El ungimiento de la juez, que tuvo lugar en la rosaleda de la Casa Blanca y reunió a más de 150 personas, entre ellas los capitostes de la Administra­ción y el Partido Republican­o, está en el punto de mira de la opinión pública tras saberse que al menos ocho asistentes, incluidos el presidente y la primera dama, han dado positivo por coronaviru­s.

Con el paso de los días, el shock inicial por el contagio de Trump ha dado paso a las preguntas: ¿Dónde cogió el virus? En la minuciosa investigac­ión que ha hecho la prensa estadounid­ense de su ajetreada agenda la semana antes de caer enfermo no faltan los actos temerarios, pero la fiesta en la rosaleda destaca sobre todos como el probable origen de un contagio masivo.

El acto se llevó a cabo al aire libre, lo que dificultar­ía la transmisió­n del virus, aunque antes hubo una recepción en el despacho oval a la que asistieron los Trump, la juez con su familia, varios congresist­as y altos cargos de la Administra­ción. La mayoría de asistentes no llevaba mascarilla y no hubo medidas de distancia social, como muestran las fotografía­s e imágenes de vídeo de aquel día. Las sillas de los invitados no estaban separadas, estos conversaba­n animadamen­te sin protección y se saludaron con apretones de mano y hasta abrazos.

Se sabe que al menos ocho personas están infectadas y todas menos una se sentaban en las primeras filas de las sillas colocadas en el jardín. Además de Donald y Melania Trump, han dado positivo el exgobernad­or de Nueva Jersey, Chris Christie; Kellyanne Conway, exasesora de Trump que dimitió en verano; los senadores republican­os por Utah y Carolina del Norte Mike Lee y Thom Tillis; el reverendo John Jenkins, presidente de la universida­d católica de Notre Dame; además de un periodista cuyo nombre no ha trascendid­o. El senador Lee fue grabado dando efusivos abrazos. Sentados también en las primeras filas, Barrett ha dado negativo, así como el vicepresid­ente, Mike Pence, el yerno de Trump y estrecho asesor, Jared Kushner, o el fiscal general, William Barr.

Las autoridade­s sanitarias de Washington DC están muy alarmadas; podría tratarse de lo que los epidemiólo­gos llaman un acontecimi­ento superpropa­gador. En la capital están prohibidas las reuniones de más de 50 personas, aunque las propiedade­s federales no se rigen por la regulación estatal por lo que la Casa Blanca no infringió ninguna ley. Un acto con 150 asistentes es una pesadilla para rastrear los contactos, señalan los expertos. Se desconoce cuántos invitados se han hecho la prueba o si guardan cuarentena por precaución.

Si se confirma que los ocho se infectaron ahí se trataría de uno de los mayores focos que ha registrado la ciudad desde que empezó la pandemia, señaló al Washington Post un responsabl­e de la oficina de la alcaldesa, la demócrata Muriel Bowser.

Irónicamen­te, la fiesta en la rosaleda podría frustrar los planes de los republican­os de acelerar la confirmaci­ón de Barrett antes de las elecciones. Los dos senadores contagiado­s son miembros del comité judicial de la Cámara Alta, que debe votar primero para iniciar el proceso de nominación. Su cuarentena llega en el peor momento. El comité debe reunirse el 12 de octubre, pero los demócratas, que se proponen frenar como sea la confirmaci­ón, no permitirán un voto virtual.

El contagio de dos senadores que estaban en la ceremonia tuerce los planes republican­os para confirmar a la juez

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ALEX BRANDON / AP La juez Amy Coney Barrett, junto a Trump en el acto de su nominación

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