Zverev: “Estaba a 38 de fiebre”

De la misa, Sasha Zverev contaba ayer la mitad. Apagado, con la voz tomada, atendió a los medios en una entrevista virtual –no hay espacios comunes con los tenistas en estos días; cada uno responde al periodista a través de la pantalla– y dijo que ayer no se encontraba bien, y que la cosa venía de largo. “Me había resfriado el viernes, en el partido ante Cecchinato. Era de noche, habíamos acabado tarde, hacía mucho frío. Justo tras aquel partido ya me di cuenta de que esto no iba bien. ¿Qué os voy a decir? Estaba enfermo”, dijo ayer, tras caer ante Jannik Sinner. “Apenas puedo respirar, podéis comprobarlo por mi voz. Tenía fiebre, ya lo sabéis. Estaba a 38ºc. Por la noche y también por la tarde”, añadió, sin ir más allá, y mucho menos cuando fueron a preguntarle cuándo se había tomado la temperatura por última vez: por respuesta, silencio. Durante su partido ante Sinner, Zverev había llamado al médico y a su entrenador en un descanso. Incluso les había enseñado la garganta. El doctor le había dado una pastilla y le había recomendado que se tomara otra una hora y media más tarde.

La fiebre de Zverev levantó ampollas en Roland Garros. Los críticos consideran que no se están cumpliendo los protocolos de seguridad. Si Zverev registraba 38 de fiebre, no debería jugar, sino someterse a la cuarentena. “Lo que sí puedo decir es que me encontraba mal en el calentamiento. Cierto: no debería haber jugado”, dijo Zverev.