El riesgo de un voto
Friedrich Nietzsche escribió que tener fe significa no querer saber la verdad, así que los redactores de la ponencia política que aprobó este fin de semana JXC en su fundación como partido decidieron dejar bien claros los riesgos que comportará su voto a la formación impulsada por Carles Puigdemont. Nunca en un texto se había dejado tan claro el elevado coste que puede suponer la fidelidad al líder. Nadie se podrá llamar a engaño en el futuro, pues la ponencia aprobada con entusiasmo por la militancia –96% de los votos– destaca que los ciudadanos y los trabajadores públicos tienen que ser conscientes de que la confrontación con el Estado supondrá sacrificios personales y patrimoniales. Eso sí, el nuevo partido apuesta por ampliar un fondo de protección para los defensores de la república a fin de disponer de abogados y procuradores en defensa de los posibles represaliados.
La propuesta de JXC es más de lo mismo, pero asumiendo un precio más elevado. Puigdemont llamó “confrontación inteligente” a su propuesta:
JXC advierte que la confrontación con el Estado comportará sacrificios patrimoniales
lo de confrontación se entiende, el calificativo de inteligente ofrece serias dudas. Por cierto, la confrontación se quiere trasladar a Mossos d’esquadra, funcionarios, letrados y servicios jurídicos de las instituciones, a los que se exige complicidad para impedir la represión a acciones derivadas de la política de desobediencia que impulsará JXC. ¿Seguro que se puede pedir a los servidores públicos que no cumplan sus obligaciones de acuerdo con el Estatut y la Constitución? ¿Pero cómo es posible exigir a los funcionarios que se salten las leyes a la torera en un documento fundacional de un partido que aspira a gobernar?
La ponencia no renuncia a las herramientas de la unilateralidad, a pesar de los costes que ha tenido en el pasado reciente. Insiste, pues, en el embate contra el Estado y para ello resulta imprescindible superar el 50% de los votos en las próximas elecciones. Ello les permitiría pedir –aseguran– un referéndum a la UE, por más que tras los hechos de octubre del 2017 el independentismo no consiguió la solidaridad de ninguno de los 28 países que la conformaban.
Sorprende que, en un momento en que el país –como el resto del planeta– está sometido al estrés sanitario y económico del coronavirus, JXC vuelva a tener prisa y hable –otra vez– de elecciones plebiscitarias. La fe mueve montañas, pero la geología lo desmiente.