Trump y el coronavirus
Un truco de malos políticos, cuando ante unas inminentes elecciones se destapan datos que les hunden, es fingir una enfermedad para suscitar un voto por compasión. A un mes de los comicios, se han destapado los datos fiscales de Trump, que muestran que no es un exitoso empresario, ni tampoco multimillonario, sino que está lleno de deudas y durante muchos años no ha pagado, con trampas, sus impuestos.
Ante este mazazo que le hace perder el voto de toda persona sensata y patriota, Trump declara casi de inmediato haber contraído el coronavirus. Pero esto, que es verdad, en lugar de aminorar su caída, no hace sino empeorarla mucho más, puesto que desde el principio él negó su gravedad, recomendó remedios contraproducentes y tachó de cobardes a quienes usaban mascarilla.
Esperamos que esa jugada del destino haga abrir por fin los ojos, si no a él, a muchos de sus anteriores votantes.
Martín Sagrera Capdevila
Madrid