Empresarios y vecinos tratarán de frenar la subasta del frente marítimo
Empresarios y vecinos están dispuestos a hacer lo que haga falta para frenar la inminente subasta orquestada por el Estado de los locales de unos 25 negocios ubicados en el frente marítimo de Barcelona, básicamente entre el hospital del Mar y el Port Olímpic. Hablamos del futuro de establecimientos tan conocidos como la discoteca Pacha o el restaurante el Bestial, entre otros muchos. Los objetivos de los empresarios afectados y de muchos vecinos de la Barceloneta y de la Vila Olímpica, sin embargo, son bien distintos.
Unos quieren garantizar su continuidad en la zona después de más de dos décadas, y otros asegurarse de que esta franja del litoral cambia de usos y acoge equipamientos de otro tipo, y no a tanto ocio. En todo caso empresarios y vecinos coinciden en que la subasta del Estado es una puerta abierta a la especulación. “A saber que fondo de inversión se decide a hacer negocio”, coinciden.
La historia es larga. En 1989 el Estado otorgó al Ayuntamiento la concesión administrativa de unos 470.000 m2 de terrenos del litoral para montar los Juegos del 92. La transformación de la zona propició la apertura de Barcelona al mar y de estos negocios. Pero la concesión acabó en junio del 2019.
El gobierno de Ada Colau trató entonces de cerrar buena parte de estos locales y transformar la zona con equipamientos ciudadanos y científicos. En el último momento el Estado concedió un alquiler de un año a los empresarios, una prórroga que concluyó este verano.
Ahora los empresarios ultiman la impugnación de la inminente subasta, prevista para el día 19. Alegarán un montón de defectos de forma, como que a uno de los locales a subastar únicamente se puede acceder por el hotel Arts. “Y el error mas importante que está cometiendo el Estado: el de sacar a subasta en el mismo lote espacios que a día de hoy no han sido deslindados”. Sí, se trata un asunto administrativo muy espeso. Los empresarios también subrayan que hay centenares de empleos en juego.
Y muchos vecinos de la Barceloneta y la Vila Olímpica no quieren que la complejidad de este proceso entierre los planes de transformación de la zona otrora planteados por el Ayuntamiento. En estos momentos, los vecinos están considerando qué acciones emprender. Quieren un nuevo plan de usos que reste protagonismo al ocio nocturno e implante otro tipo de equipamientos. Entienden que el Ayuntamiento debería presionar mucho más para cumplir los que se suponen eran sus propios objetivos.