¿Lágrimas sinceras o ensayadas?
Kim Jong Un llora en público al agradecer los sacrificios de su gente
No es nada habitual, menos aún en público, ver llorar a un dictador. Por eso, las imágenes de un Kim Jong Un emocionado durante el 75.º aniversario del Partido de los Trabajadores están dando tanto que hablar. Para algunos, es una muestra de la presión a la que se encuentra sometido el líder norcoreano, incapaz de proveer el confort material que prometió a su gente. Para otros, solo es una estrategia para hacerle pasar por un hombre del pueblo en este momento difícil.
El sábado, con voz temblorosa, Kim habló de sus “lágrimas de gratitud” al agradecer a los soldados sus sacrificios en los últimos meses, en los que han tenido que reconstruir localidades destruidas por tifones y ejecutar las medidas contra la Covid-19. En ese inusual momento, incluso se disculpó con aquellos a quienes podía haber decepcionado.
“Nuestra gente ha depositado en mí una confianza tan alta como el cielo y tan profunda como el mar, pero no he podido estar a la altura. Lo lamento mucho”, dijo. Era la segunda vez en pocas semanas que Kim se excusaba, ya que a finales de septiembre pidió perdón a Seúl por la ejecución de un civil surcoreano a manos de una patrulla marítima.
El cierre de fronteras para frenar el coronavirus –el régimen asegura que el país no ha registrado ni un solo caso– ha provocado una drástica caída de sus intercambios con China, de lejos su mayor socio comercial. A eso hay que sumarle años de sanciones económicas por sus programas militares y los daños causados por los desastres naturales.
“Es importante ver por qué ha derramado lágrimas en esta ocasión”, analizó Hong Min, del Instituto Coreano para la Unificación Nacional, al diario Korea Times. “Debajo de su mensaje, uno puede sentir que siente mucha presión sobre su liderazgo”.
Sin embargo, muchos creen poco probable que Kim se dejara sorprender por sus emociones y ven un discurso diseñado para resonar entre la audiencia nacional y cimentar una imagen de líder carismático y competente que también tiene un lado humano. Sus palabras fueron retransmitidas en diferido varias horas después de ser objeto de una concienzuda edición, por lo que la inclusión de las lágrimas no parece casual en un país que dota de gran valor a la propaganda.
“Kim es un político, lo que significa que es un buen actor –recordó Andrei Lankov, analista del Korea Risk Group–. Para él, la supervivencia del régimen siempre será más importante que la de los campesinos pobres de provincias remotas. Su prioridad son los misiles, aunque eso no significa que se olvide de los campesinos”.