El Rey pide a la política un esfuerzo de concordia
Los trabajadores sanitarios protagonizan los premios Princesa de Asturias
Este ha sido el año de los trabajadores sanitarios. Su esfuerzo y dedicación, incluso con el sacrificio de sus propias vidas, marcó los meses más duros de la pandemia y ayer fueron reconocidos con el premio Princesa de Asturias de la Concordia. Quince sanitarios, en representación de todo el colectivo, acudieron a la entrega de los galardones que, en formato reducido, presidieron los Reyes junto a la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Una ceremonia en la que el Rey hizo un llamamiento a “un esfuerzo colectivo, un gran esfuerzo nacional, de entendimiento y de concordia” y exigió a todas las instituciones “estar siempre al servicio de los ciudadanos”, para que “el interés nacional prevalezca y los intereses de todos los españoles sean nuestra guía y norte”.
Los sanitarios protagonizaron la entrega de premios que cerró el Rey poniéndolos como ejemplo de “dignidad humana” y representantes de “lo mejor de nuestra sociedad”. “Son el corazón de un país que en los peores momentos debe mantenerse unido y ser capaz de enfrentarse a los más graves problemas con responsabilidad, sentido del deber y civismo”, concluyó el jefe del Estado.
Fue una ceremonia atípica, primero porque no se celebró en su escenario habitual, el teatro Campoamor, sino en la capilla del antiguo monasterio que ahora es el hotel Reconquista. Solo unas cincuenta personas asistieron a la entrega de los premios, encabezadas por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet y la del Senado, Pilar Llop, así como el presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. La reina Sofía, fiel asistente a la ceremonia no faltó a la de ayer. No hubo público, solo las autoridades y los patronos de la Fundación, y tampoco asistieron la mitad de los premiados, debido a las restricciones de movilidad en sus respectivos países. En el salón Covadonga, a los sones de las gaitas, entraron los premiados que sí pudieron acudir: Carlos Sainz (premio Princesa de Asturias de Deporte); Andrea Morricone (en representación de su padre, Ennio Morricone, premio de las Artes);
Emanuel Candés (premio de Investigación Ciéntifica y Técnica, junto a Yves Meyer, Ingrid Daubechies y Terence Tao); dos representantes de Hay Festival (Premio de Comunicación y Humanidades, junto a la Feria del Libro de Guadalajara) y el colectivo de sanitarios que están en primera línea de lucha contra la Covid-19. Especialmente emotiva fue la presencia, entre ellos, de Teresa López, madre de la doctora Sara Bravo, que murió a consecuencia de la Covid, tras contagiarse tratando a los enfermos.
El resto de premiados envió videos agradeciendo el premio. Lo hizo la escritora Anne Carson, premio Princesa de Asturias de las Letras; Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, premio de Comunicación y Humanidades junto a Hay Festival; Seth Berkley, presidente de la alianza por la vacunación Gavi, premio de Cooperación Internacional; Dani Rodrik, premio de Ciencias Sociales.; Ingrid Daubechies, premio junto a otros tres investigadores de Investigación Científica y el compostor John Williams, premio de las Artes junto al fallecido Ennio Morricone.
La música sirvió de catalizador de emociones cuando un conjunto de cuerda, dirigido por Andrea Morricone. interpretó el Deborah’s Theme, uno de los temas principales de la película Érase una vez en América, compuesto por su padre.
El Rey cerró el acto de entrega con un discurso en el que loo el ejemplo de todos los premiados, lamentó el fallecimiento de Ennio Morricone y también el de dos de los premiados en otras ediciones, el dibujante Quino y el hispanista Joseph Pérez. Sus palabras se cerraron con un llamamiento al entendimiento y la concordia.
La madre de la doctora Sara Bravo, fallecida tras atender a enfermos de Covid, acudió a la ceremonia