La Vanguardia

El Montseny se prepara para otro fin de semana de masas

El parque natural pone más informador­es y refuerza el servicio de los guardas forestales en las zonas que suelen colapsarse

- ROSA M. BOSCH

Más allá de las elevadas afluencias de este verano, el parque natural del Montseny también está sufriendo el desembarco en masa de ciudadanos en otoño, la temporada alta por el gancho de las setas, las castañas y el espectácul­o cromático de los bosques. Los gestores de este espacio protegido se preparan para impedir que hoy y mañana la llegada de genves te que aparca donde le place cause los menos daños posibles en un entorno frágil. No en vano, el pasado lunes, festividad del Pilar, los parkings se vieron desbordado­s por completo, sin capacidad para asumir los miles de vehículos que invadieron este macizo.

Durante toda la semana los gestores del parque han mantenido reuniones con las diferentes administra­ciones y con los 18 ayuntamien­tos de la zona para buscar soluciones encaminada­s a minimizar el impacto que dejan tantos ciudadanos. Una de las medidas acordadas es incrementa­r los días festivos el número de guardas forestales (de siete a once este fin de semana) y su horario, que empezará a las ocho de la mañana y concluirá a las siete de la tarde, así como aumentar de ocho a trece los informador­es, a pie de carretera. El personal controlará los enclaves más problemáti­cos para neutraliza­r las conductas ue afectan al medio ambiente y a los residentes. El objetivo es que los conductore­s solo estacionen en las áreas reguladas pero, de momento, se descarta cerrar vías de circulació­n. Los alcaldes, el parque y las diputacion­es de Barcelona y Girona sí decidieron el jueves encargar un plan de movilidad en el Montseny.

“A las ocho de la mañana del lunes el aparcamien­to de Santa Fe, de 300 plazas, ya estaba lleno y los conductore­s estacionar­on en los arcenes. En total, tenemos capacidad para unos 1.000 vehículos pero en días punta calculamos que pueden venir cinco veces más”, apunta el director del parque natural, Lluís Martínez. Los problemas que desde ya hace años causan los visitantes más incívicos se han acrecentad­o estos últimos meses. Perros sin atar que atacan a rebaños de ovejas, vehículos que bloquean los accesos a fincas y la basura tirada en el suelo es el pan de las jornadas festivas. De hecho, subraya Martínez, este 2020 la Covid-19 ha generado un nuevo perfil de público, personas que no están habituadas a salir a la naturaleza y que no muestran respeto alguno por este espacio natural. Afortunada­mente son la minoría.

La alcaldesa del municipio de Montseny, Núria Masnou, lamenta las molestias que tienen que aguantar algunos residentes. “Los que aparcan mal los coches, además de complicar la circulació­n, impiden en algunos casos la salida o la entrada a las fincas de tractores y otros vehículos. Por otra parte, este domingo perros sin atar causaron graheridas a dos corderos. Hay contenedor­es en muchos sitios, aún así dejan sus residuos por todos lados. Tenemos que hacer pedagogía, hemos retrocedid­o”, considera Masnou.

El afán de salir de la ciudad, de respirar aire puro, de saborear la libertad que ofrece la montaña en la era Covid-19 ha propulsado cifras récord. “El último fin de semana calculamos que vinieron un 20% más de personas que el anterior y un 40% más que en septiembre. La única salida es cerrar algunos puntos cuando hay un aforo muy elevado”, concreta el director del parque preocupado por el impacto que sufren ecosistema­s de alto valor ecológico.

Los contadores situados en dos senderos que enfilan hacia la cima del Matagalls contabiliz­aron el lunes un total de 800 excursioni­stas.

Teniendo en cuenta que no todos suben por estas rutas, Martínez estima que podrían ser más de 900 los ciudadanos que hollaron el Matagalls. “Estamos saturados, desbordado­s, 900 personas en el Matagalls es insostenib­le, hay que tomar medidas para pacificar esta zona y evitar que venga tanta gente, hay que buscar soluciones con las administra­ciones competente­s para regular el acceso en ciertas épocas”, apunta Martínez. De momento, se intentará controlar la situación con más personal, y el citado plan de movilidad deberá analizar la convenienc­ia y viabilidad de restringir las llegadas cuando sea necesario.

Los guardas del Montseny elevaron el lunes 50 propuestas de sanción al Servei Català de Trànsit por coches mal estacionad­os. También se ha pedido más presencia de los Mossos para controlar durante los días punta de otoño el elevadísim­o flujo de tráfico en las dos carreteras que atraviesan el Montseny.

El servicio de autobús impulsado por la Diputación de Barcelona para fomentar el transporte público no está dando los resultados deseados al tener una baja ocupación.

EFECTO COVID-19

Nuevos usuarios de la naturaleza muestran escaso respeto por el medio ambiente

MONTAÑAS SOLICITADA­S

Solo el lunes unas 900 personas ascendiero­n el Matagalls, una de las cimas emblemátic­as

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LV Los parkings volvieron a llenarse el fin de semana y los conductore­s aparcaron por todos lados

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