Llamamiento del Rey a la concordia
Con ocasión de la entrega de los premios Princesa de Asturias celebrada el pasado viernes en Oviedo, el rey Felipe VI hizo en su discurso un llamamiento a la concordia y al entendimiento que creemos especialmente oportuno en estos tiempos de zozobra, de crisis y de inseguridad. El Rey pidió un gran esfuerzo colectivo, nacional y especialmente exigió a todas las instituciones que estén siempre al servicio de la ciudadanía “para que el interés nacional prevalezca y los intereses de todos los españoles sean nuestra guía y norte”. En un momento en que todos los españoles están profundamente preocupados por el avance de la pandemia y por las catastróficas consecuencias sociales y económicas que está teniendo, el mensaje real puede ser interpretado como un toque de atención a partidos, instituciones y administraciones públicas, a los que estos últimos días hemos visto más dedicados al choque partidista y a descalificar al adversario que preocupados por buscar consensos y alianzas para trabajar juntos contra la Covid-19.
El Monarca ha recordado que solo desde la unidad es posible enfrentarse a los graves problemas que atravesamos como país. Mayor responsabilidad, sentido del deber y civismo fueron las tres divisas que Felipe VI esgrimió para instar a todas las instituciones a priorizar el servicio a los ciudadanos.
Estas últimas semanas venimos asistiendo a broncos enfrentamientos entre el Gobierno central y el de la Comunidad de Madrid, a duras descalificaciones entre el PSOE y Unidas Podemos, por un lado, y el Partido Popular, por el otro. Hemos visto incluso cruce de acusaciones entre el poder ejecutivo y el judicial. Los choques entre administraciones sobre la gestión de la crisis sanitaria y los crispados debates en el Congreso no son precisamente la imagen del consenso. De ahí el llamamiento del Rey.
La ciudadanía duda de la capacidad de la clase política y de las instituciones para dar respuesta a los problemas actuales, que no son precisamente las disputas partidarias. Recogiendo esa preocupación, Felipe VI ha valorado el ejemplo de resistencia que están dando la mayoría de los españoles y, para que no sea estéril, insiste en exigir a todas las instituciones “estar siempre, y ahora más que nunca, al lado y al servicio de los ciudadanos”.
En este contexto, la noticia de que, tras el toque de atención de Bruselas, el presidente del Gobierno está dispuesto a hacer cesiones al PP para desbloquear la renovación del Poder Judicial es un ofrecimiento en la buena dirección que esperemos que Pablo Casado recoja, abandonando exigencias y posturas maximalistas. La crispación que envuelve a la política española no beneficia a nadie. Solo la vía del entendimiento y la concordia a la que apeló Felipe VI en Oviedo puede contribuir a ir superando la crítica situación actual. El llamamiento real es, pues, más oportuno que nunca.
La demanda de Felipe VI a todas las instituciones para servir a la ciudadanía es más oportuna que nunca