Colas para entrar en comercios y mercados municipales al completo
Los efectos de las restricciones de acceso a comercios y mercados municipales se hicieron ayer bien visibles en las calles de Barcelona. Las colas de clientes ante los establecimientos fueron la tónica general y se reprodujeron como durante las fases de la desescalada para evitar aglomeraciones en el interior de los negocios. Durante la mañana de ayer fueron muchas familias las que optaron por dirigirse a los mercados municipales para hacer la compra de la semana, debido al cierre de bares y restaurantes, y la previsión de tener que comer en casa o recurrir al take away. Por eso, en algunas instalaciones se tuvo que restringir el acceso en momentos puntuales como ocurrió en el Ninot, según explicó un portavoz municipal, o también en los Encants, en la plaza de las Glòries. En la Boqueria, a primera hora de la mañana, la situación era de tranquilidad, pero a medida que pasaba la jornada la presencia de clientes se animó sin que se tuviera que llegar a intervenir.
Desde el inicio de la crisis sanitaria se implementaron medidas preventivas, tanto en protocolos de higiene como distancias de seguridad y aforo, pero las estimaciones de afluencia son muy complejas en algunos mercados. Por eso, el pasado mayo se instalaron unos sensores que miden la concentración de clientes y evitan aglomeraciones en el interior de las instalaciones comerciales. Unas pantallas indican en todo momento el aforo del mercado y, en caso, de sobrepasarse los responsables de la seguridad impiden temporalmente el acceso. Es entonces cuando los usuarios deben esperar en la calle.
Por la tarde, las largas colas de clientes que se habían visto frente a los mercados durante la mañana se reprodujeron frente algunos comercios y centros comerciales de la ciudad.