Cuando emprender es una necesidad
Aumenta la creación de negocios por necesidad en detrimento de la oportunidad
Montar un negocio por cuenta propia es una opción que cotiza al alza entre las personas que se han quedado sin trabajo o carecen de una alternativa laboral mejor. El crecimiento del fenómeno, conocido como “emprendimiento por necesidad”, es una de las muchas consecuencias de las crisis económicas.
Ya tuvo lugar durante los años posteriores al estallido de la burbuja financiera y ahora la tendencia vuelve a hacerse notar. La parálisis económica que ha provocado el coronavirus ha echado a miles de personas a la calle y algunos han visto en el emprendimiento la mejor manera para subsistir.“un clásico”, comenta Guillem Arís, director de Autoocupació, una fundación barcelonesa que lleva desde el 1986 asesorando a aquellos que quieren dar el paso. “El emprendimiento por necesidad, en contra del emprendimiento por oportunidad, va muy ligado a la situación económica que atraviesa un país”, señala. Según los datos que recoge el informe GEM, un índice de referencia a nivel mundial, el emprendimiento por necesidad creció del 15% al 25% de 2009 a 2010, llegó a rozar el 30% en el 2014 y volvió a bajar hasta el 22% en el 2018, según los últimos datos disponibles relativos al mercado español. Ahora todavía es pronto para conocer las cifras del crecimiento del fenómeno, que engloba la creación de cualquier negocio, sea un comercio, una start-up, un bar, una peluquería o un trabajo como profesional autónomo.
A Barcelona Activa, la oficina de desarrollo local del Ayuntamiento, empiezan a llegar los primeros interesados. Presentan propuestas relacionadas con el ámbito digital y de la consultoría pero, como es lógico, no hay ni rastro de nuevos comercios tradicionales o del sector de la hostelería, comenta Xavier Dumont, director del área de emprendimiento. “El grueso de solicitudes llegará en el 2021, cuando finalicen los ERTE y
ALERTA
El riesgo de fracaso es más alto, por las prisas y la falta de innovación, alertan los expertos
REPETICIÓN
El fenómeno ya sucedió durante los años posteriores a la crisis financiera
acabe la incertidumbre”, señala.
El motivo que explica el emprendimiento por necesidad es, evidentemente, la falta de trabajo, pero también influyen las inquietudes personales. “En la mayoría de los casos, las personas que deciden emprender se lo habían planteado con anterioridad pero no se habían atrevido a dar el paso. Son perfiles que ya tienen un cierto espíritu de liderazgo”, sostiene Guillem Arís. Además, el consultor explica que en muchas ocasiones los afectados no ven la autoocupación como la última salida profesional. “Normalmente, son personas que pueden optar a subsidios o bien recurrir a trabajos con menos cualificación que la suya. Simplemente, estas personas prefieren mantener su nivel de vida probando impulsar un negocio por su cuenta”.
Los beneficios de ser “tu propio jefe” son conocidos. El empresario ingresa todo lo que genera su empresa, tiene mayor poder de decisión en todos los ámbitos del negocio, dispone de flexibilidad horaria –por tanto, puede conciliar mejor– y está más satisfecho y motivado a nivel profesional, destacan los expertos. Los riesgos también son sobradamente conocidos –fracaso, asumir deudas, largas jornadas de trabajo–, pero en estos casos en los que la necesidad aprieta los peligros pueden ser mucho mayores, especialmente si es la primera vez que se entra en el mundo empresarial.
“La gente no es consciente de lo difícil que resulta emprender, las cargas de estrés que conlleva, la fuerza que se requiere para afrontar el rechazo de inversores, clientela, proveedores... Hay gente que viene desorientada, especialmente a nivel legal”, comenta Dumont.
El riesgo de desaparición de los negocios es, según el INE, de aproximadamente el 30% al cabo de tres años de su nacimiento y del 60% cinco años después. El informe GEM indica que el 83% de las “actividades empresariales” siguen activas al cabo de 3 años y medio pero no distingue entre categorías, entre emprendedores por necesidad y oportunidad.
Sin embargo, los autores afirman que las iniciativas motivadas por necesidad suelen presentar menos índices de supervivencia. Carlos Guallarte, autor del informe en España y profesor en el Departamento
de Empresa de la UAB, comenta que estas compañías no suelen responder a nuevas oportunidades de negocio, ni presentar propuestas innovadoras ni tener potencial de crecimiento. A menudo, son creadas con prisas con el único objetivo de dar respuesta a la necesidad de generar ingresos en el corto plazo, por lo que acaban generando poco impacto, también a nivel de empleo. Xavier Dumont coincide: “Es habitual ver casos en los que los nuevos empresarios toman decisiones poco meditadas, en los que faltan estudios de mercados previos o planes de futuro”.
Para evitar el fracaso, Guallarte considera clave el hecho de contar con formación previa empresarial y Arís comenta que es indispensable que la gente interesada acuda a una entidad para orientarse, que arranque el negocio poco a poco y que, a lo largo del primer año, busque apoyo en algún mentor u otro empresario, ya que necesitará consejo profesional y respaldo emocional. En línea con Barcelona Activa, Autoocupació alerta de que emprender no es un camino fácil y se muestra crítico con los mensajes lanzados a nivel político y socieconómico durante los años posteriores a la crisis en los que se fomentaba el emprendimiento como una manera cool de ganarse la vida.
Es cierto, reconoce Arís, que el fenómeno start-up, que ha emergido con fuerza en los últimos años, ha universalizado el acceso al capital. Ahora un emprendedor del sector tecnológico puede levantar dinero de inversores sin disponer de grandes ahorros, cuando hace 50 años solo podían crear negocios un grupo de privilegiados. Claro que para ello hay que ir con calma y tener una idea de negocio que responda a una oportunidad.
Los emprendedores valoran la obtención del total de ingresos y su autonomía
El fenómeno ‘start-up’ ha universalizado el acceso al capital a través de fondos