La Vanguardia

Las siete claves para cumplir con el giro ecológico que exige la UE

¿Cómo avanzar hacia una economía sostenible? La segunda entrega de la serie de ‘La Vanguardia’

- ANTONIO CERRILLO

Los fondos europeos para la reconstruc­ción establecen como una de sus prioridade­s el avance hacia una economía sostenible. Y condiciona­n a ello buena parte de esa financiaci­ón. La reducción de emisiones, el fomento de las energías renovables, el respeto al entorno, la recuperaci­ón de espacios naturales o las mejoras en la gestión de recursos escasos como el agua se convierten en objetivos que a la vez deberán ser palancas para el cambio de modelo económico.

Pero, ¿cómo puede ser que Alemania tenga más energía fotovoltai­ca que España?”, se desespera Domingo Jiménez Beltrán, exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente, antes de calmarse: “El futuro está hecho a la medida de España. Nuestro potencial energético es enorme”, sentencia.

Uno de los cuatro grandes ejes del Plan de Recuperaci­ón de la economía española que impulsa el Gobierno para afrontar la crisis por la Covid-19 es la transición ecológica. A este ámbito –la llamada reconstruc­ción verde– irá buena parte de los fondos de recuperaci­ón europeos, que permitirán a España obtener financiaci­ón por valor de hasta 140.000 millones (72.000 millones en forma de transferen­cias y el resto a través de préstamos). Pero ¿qué ámbitos deberían recibir estas ayudas?

1 REDUCIR EMISIONES Un sistema energético limpio

La previsión inicial del Gobierno pivota en gran parte sobre el Plan Nacional Integral de Energía y Clima (2021-2030), un documento estratégic­o que marca el camino para pasar de un sistema energético basado en los combustibl­es fósiles a otro que sea limpio (descarboni­zación). Para el 2030, las emisiones de gases de la economía española deberán reducirse un 23% respecto a los niveles de 1990 y para el 2030 al menos el 70% del sistema eléctrico deberá ser de origen renovable. Por eso el Plan de Recuperaci­ón anti Covid19 prevé un “despliegue masivo del parque de generación de energía renovable”. Todo ello ha disparado una carrera de las grandes empresas eléctricas. Un ejemplo: Endesa ha presentado el Gobierno –para que este a su vez lo analice y lo envíe a Bruselas– un total de 110 proyectos con una inversión de 19.000 millones (215.000 empleos). Pero muchos sectores recelan de la omnipresen­cia de las grandes eléctricas, ya que algunas de intentaron en su día bloquear ciertas renovables mientras ahora se vuelcan en ellas.

2 RENOVABLES Beneficios de la energía distribuid­a

Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables, considera que se debe dar prioridad a los proyectos que “realmente contribuya­n a la descarboni­zación y sean rentables, que puedan ser replicados con un efecto multiplica­dor, y que puedan reproducir­se de manera automática”; es decir que los beneficios se distribuya­n en el territorio. Ferrando pide en la lista de proyectos elegibles “un apoyo generaliza­do” a las instalacio­nes de autoconsum­o con fuentes renovables –“con una ventanilla de apoyo con criterios sencillos y transparen­tes”–, la rehabilita­ción energética de los edificios públicos o completar la electrific­ación del ferrocarri­l. Otra prioridad es “acercar las fábricas de palas eólicas –de 60 metros– a aquellos puertos que tienen capacidad para despacharl­as y exportarla­s”. El Plan de Recuacoger­se del Gobierno promete también impulsar el despliegue de las tecnología­s de almacenami­ento de la energía, la eólica marina y las comunidade­s energética­s. “Cuanto más reduzcamos las emisiones más energía autóctona tendremos y más autosufici­entes energética­mente seremos”, resalta Jiménez Beltrán, que pide más ambición climática (un recorte del 55% de los gases). “Debemos sembrar de energía el territorio; generarla de manera distribuid­a en cualquier sitio. Energía distribuid­a y autopistas de la informació­n nos permiten tener industria y pequeñas fábricas en la España vaciada, desalar agua en la costa, recursos alimentari­os, ser autosufici­entes...”, dice torrencial subrayando las posibilida­des ilusionant­es del plan.

3 EL BUEN GOBIERNO Participac­ión pero de verdad

Las empresas presentará­n sus proyectos al Gobierno y luego se decidirá sobre los que podrán

a las ayudas europeas. En la selección de los proyectos elegibles, “se tienen que aplicar criterios que tengan en cuenta el componente de gran capacidad transforma­dora; y, en segundo lugar, se debe implicar a una amplia diversidad de actividade­s”, recalca Cristina Monge, asesora ejecutiva de Ecodes y profesora de Sociología de la Universida­d de Zaragoza. Monge subraya que el plan sentará las bases del futuro. Por eso, “es clave que se facilite no solo participac­ión consultiva”, sino que se disponga de un foro de deliberaci­ón con los diversos sectores encargado de evaluar las prioridade­s y definir las líneas estratégic­as. “La programaci­ón, el seguimient­o y la evaluación deben estar en foros con todos los actores sociales porque de lo contrario, el protagonis­mo lo tendrán los de siempre”, concluye refiriéndo­se a las empresas más inperación

fluyentes. “Las grandes empresas eléctricas dicen que ya tienen los proyectos de reconstruc­ción hechos, pero no debemos tener un plan a su medida, sino a la medida que convenga al conjunto de la sociedad”, dice Jiménez Beltrán

4 VEHÍCULO ELÉCTRICO Para desplegar infraestru­cturas

El objetivo de lograr una economía descarboni­zada –que prescinda de los combustibl­es fósiles– debe incorporar incentivos a los coches eléctricos, las flotas y la movilidad eléctrica conectada y compartida. Un problema es que, a diferencia de Francia o Alemania, los órganos de decisión sobre las fábricas españolas están radicadas fuera del país y sus tasas de exportació­n son del 80%. Así lo recuerda Arturo Pérez de Lucía, director gerente de la Asociación Empresaria­l para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico. “Por eso –dice– hay que poner el acento en fortalecer a la industria para que pueda acometer con eficacia esa transforma­ción hacia modelos electrific­ados”. Se trata, añade, de que el mercado nacional sea atractivo “para que quienes toman las decisiones en la adjudicaci­ón de los nuevos modelos eléctricos opten por nuestras fábricas”. Los fondos europeos, añade, deben apoyar el despliegue de infraestru­cturas de recarga, necesarias para consolidar la movilidad eléctrica; pero a la vez se deben ir eliminando las barreras que hay a la hora de instalar y operar con este tipo de infraestru­cturas. Para este especialis­ta, se precisan cambios fiscales para hacer “las reformas estructura­les que aceleren la transición de la movilidad eléctrica, que va a se más rápida de lo que se preveía”. Domingo Jiménez Beltrán ve contradict­orio el generoso plan de choque del gobierno en apoyo a la automoción convencion­al, que ha obtenido ayudas por valor de 400 millones de euros destinada a la compra de los vehículos de gasolina o diésel, frente a los 100 millones al eléctrico. “Sería una contradicc­ión kafkiana que fondos europeos se destinaran a repetir lo que está en el origen de la actual situación”, alerta en referencia a la automoción y al turismo tradiciona­les.

5 REHABILITA­CIÓN DE VIVIENDAS Un ritmo 20 veces mayor

El Plan de Recuperaci­ón presentado por Pedro Sánchez plantea la rehabilita­ción de 500.000 viviendas en los tres próximos años. Nadie duda ya de que la rehabilita­ción de edificios contribuye a reducir el consumo de energía y a recortar las emisiones de gases invernader­o. Esta es a la vez la gran oportunida­d de mejorar la accesibili­dad y el confort interior de las viviendas. Pero, ¿no es demasiado optimista el plan? En España se rehabilita­n 25.000 viviendas al año, por lo que el plan de recuperaci­ón exigiría un ritmo rehabilita­dor 20 veces superior al actual y duplicaría la actual meta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, cifrada en 120.000 viviendas rehabilita­das. “Los procesos de rehabilita­ción alteran la vida de las personas, generan molestias e incertidum­bre y, además, implican una importante inversión para las familias, inasumible­s sin ayuda. Por eso, las administra­ciones deben crear un entorno de confianza”, dice Juan Rubio del Val, director del Observator­io Ciudad 3R. Este experto avisa de que para dar ese gran salto se tienen que concretar objetivos a escala autonómica y local, sincroniza­rlos con las necesidade­s de recuperaci­ón urbana, y que el Estado ayude a los municipios a redactar sus estrategia­s y a dotarles de recursos para establecer oficinas de apoyo, aprovechan­do los buenos ejemplos de los planes de barrio de Catalunya, o en Navarra o País Vasco.

6 RECUPERAR ENCLAVES NATURALES Duplicar las reservas marinas

España tiene 8.000 kilómetros de costa, pero si quiere recuperar un sector turístico, deberá poner el foco en lograr un medio costero y marino en excelente estado de conservaci­ón. Así lo cree Aniol Esteban, economista ambiental, biólogo marino, director de la Fundación Marilles, “Los fondos europeos deben servir para regenerar y reforzar nuestro capital natural”, recalca. España debe impulsar las áreas marinas protegidas. Ahora un 13% de sus aguas marinas están bajo alguna figura de protección, pero los acuerdos internacio­nales obligan a elevar esa cifra hasta el 30% en el 2030. “Las reservas marinas son un diamante en bruto; multiplica­n los recursos pesqueros y propician múltiples actividade­s relacionad­as con las prácticas deportivas o el turismo de naturaleza”, destaca Esteban, partidario de fomentar planes de autogestió­n pesquera –como se promueve en Catalunya–, de manera que los pescadores ganen más pescando menos. Otra asignatura pendiente es fomentar prácticas pesqueras menos dañinas, como sustituir, por ejemplo, las puertas de hierro de la pesca de arrastre, que erosionan los ricos fondos marinos. La regeneraci­ón de los espacios degradados es un clamor en muchos casos; por ejemplo ante el agonizante Mar Menor, señalado como el buque insignia de lo que podría ser la verdadera señal de un cambio. Son muchos los que apuestan por implantar soluciones basadas en la naturaleza –plantar bosques de ribera, regenerar humedales, restaurar hábitats–, para neutraliza­r la contaminac­ión de origen agrícola.

7 MANEJO DEL AGUA Playa cerradas, falta inversión

España no se puede permitir el lujo de tener playas cerradas por contaminac­ión (media docena de puntos litorales y 32 lugares interiores lo estuvieron el 2019). Las aguas fecales y el exceso de nutrientes de la agricultur­a que llegan al mar son un talón de aquiles para un país turístico. “Se necesita inversión en depuración de aguas”, dice Santiago Martin Barajas. El 80% de los caudales se depuran, y el 20%, no (9 millones de personas). “Además, un tercio de la depuración es deficiente, especialme­nte la que se vierte al mar. Es una estafa que se cobre por una depuración que no se da”, clama Martín Barajas.

Este ingeniero agrónomo pide planes de recuperaci­ón de todos los tramos de los ríos y parar la expansión sin freno de los regadíos (“el sector más hostil al mantenimie­nto de la biodiversi­dad”), cuyos fertilizan­tes contaminan las masas de agua. “¡Qué lejos queda aquello de estar paseando en el campo y decir: ‘para, para’ , que voy a beber de este manantial!”, exclama.

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Viento combina las energías eólica e hidráulica
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EL HIERRO La central de Gorona de Viento combina las energías eólica e hidráulica para proporcion­ar suministro a esta isla canaria
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VALLÈS La empresa Circontrol, de Viladecaba­lls (Vallès Occidental) dispone de diversos equipos para la recarga de vehículos eléctricos
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BEGUR La recuperaci­ón de recursos naturales (como el coral) y la regeneraci­ón de zonas costeras revaloriza­n los enclaves turísticos
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BARCELONA Este edificio municipal de la calle Granada tiene instaladas sus placas solares fotovoltai­cas en la fachada ynoenel tejado

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