El despegue forzado de la telemedicina
Solo el 30% de las visitas de atención primaria y el 50% de las hospitalarias son ahora presenciales
El 9 de marzo, el lunes antes del confinamiento, el 89% de las personas que consultaron un problema de salud a su médico de la sanidad pública catalana lo hizo de forma presencial, acudiendo a su centro de salud; un 10% lo hizo por teléfono y un 1% a través del sistema de e-consulta: es decir, envió un mensaje al médico y esperó su respuesta. El 14 de abril, en pleno confinamiento, el 70% de las consultas de atención primaria fueron telefónicas, un 10% e-consultas y solo un 20% se atendieron en persona. El 7 de septiembre, con la movilidad plenamente restablecida, el 60% de las consultas al médico seguían haciéndose por teléfono, un 10% eran e-consultas y solo tres de cada diez pacientes se atendía en el centro de salud.
Los datos, referidos a los centros de atención primaria del Catsalut –que realizan una media de 150.000 visitas al día– deja claro cómo la crisis desencadenada por la Covid-19 ha hecho despegar la telemedicina. Y no es un hecho circunscrito a la atención primaria, ni a la sanidad pública ni a Catalunya. Fuentes de Doctoralia, una plataforma que conecta pacientes con profesionales de la salud, afirma que entre mediados de marzo y principios de julio registró más de 70.000 consultas en línea.
El confinamiento forzó a médicos de todos los ámbitos y especialidades a atender a sus pacientes a distancia de la noche a la mañana, ya fuera por teléfono, videollamada, watsap o cualquier otro sistema de mensajería. En algunos casos, el estado de alarma fue el detonante para implementar sistemas de telemedicina que llevaban años larvándose, pero que no terminaban de ponerse en marcha.
En el hospital de Sant Pau de Barcelona, por ejemplo, arrancaron un plan piloto para implantar la consulta no presencial en la atención especializada que llevaban tiempo preparando. y que ya ha comenzado a extenderse a otros hospitales. Porque, lo que empezó como una excepcionalidad en el confinamiento parece que ha llegado para quedarse a la vista, según sus promotores, de que permite resolver muchas cuestiones y trámites relacionados con la salud en menos tiempo y contribuye a que algunos servicios eviten el colapso, máxime con la ola de rebrotes que se vive.
“Se impulsaron las visitas telemáticas no telefónicas, con cámara, en tiempo real, hablando con el paciente como en una visita convencional por necesidad, para no dejar a los enfermos sin atención, y hemos visto que tienen una parte muy positiva; y ahora que hemos normalizado la agenda tenemos la mitad de las visitas presenciales y la mitad telemáticas”, explica el director del servicio de Reumatología del Sant Pau, Héctor Corominas. Entre los aspectos positivos menciona, por ejemplo, el hecho de que el enfermo no tenga que desplazarse para conocer los resultados de una analítica o una visita de control en la que solo necesita transmitir información de cómo va. “A veces la persona invierte horas para acudir al hospital para una visita que en realidad son diez minutos, y con la visita telemática se ahorra ese tiempo, evita riesgos de contagio durante el desplazamiento, no han de ausentarse del trabajo...”, justifica Corominas.
Todo ello, enfatiza, “sin desmerecer el acto médico de la visita ni dejar de atender presencialmente los casos y los diagnósticos que sí lo requieren; la clave va a ser saber estratificar qué enfermos pueden beneficiarse de la visita telemática con cámara, que da mucha información visual y no deja de ser un acto médico pleno”.
Elisa Llurba, directora del servicio de Ginecología y Obstetricia del Sant Pau, coincide en que la experiencia de las videollamadas es muy positiva “porque facilita al médico el acceso al paciente y el paciente agradece no tener que desplazarse, no esperar en una sala...” Explica que, por ejemplo, las visitas telemáticas y las
consultas asíncronas a través de mensajes resultan especialmente
útiles para el seguimiento de los embarazos y el puerperio, porque las mujeres tienen más fácil resolver con su médico las dudas que les surjan, y los especialistas pueden hacer las visitas de control rutinarias sin que la embarazada haya de desplazarse todas las veces al hospital.
Algunos médicos aseguran que para ellos también es una ventaja poder realizar las visitas desde cualquier lugar del hospital, o poder atender las visitas asíncronas
(por mensajería) en el momento que mejor encajen en la agenda del día.
Oscar Solans, responsable funcional de esalut, del Catsalut, explica que actualmente la atención no presencial puede hacerse por teléfono o videoconferencia –que permiten la comunicación síncrona entre médico y paciente y se agenda como una visita más en la agenda del médico, que queda a una hora convenida para contactar con el enfermo– y por e-consulta. Esta última es asíncrona: a través de la plataforma de la Meva Salut el paciente escribe al médico cuando le va bien, el sistema reserva cita en la agenda del médico, y este contesta a lo largo del día cuando tiene un hueco, o acumula las e-consultas para resolverlas al final de su jornada.
Según Solans, los sondeos realizados indican que el 70% de los pacientes que han usado este último sistema se muestran satisfechos con él y aseguran que lo recomendarían.
No obstante, no todas las experiencias y valoraciones son tan positivas. La presidenta de la Asociación el Defensor del Paciente, Carmen Flores, asegura que en 23 años que lleva al frente de esta or
El confinamiento obligó a atender a los pacientes por teléfono, Whatsapp o videollamada
Agiliza trámites y el seguimiento de enfermos crónicos, y evita desplazamientos
EN CONTRA
Restricciones en el libre acceso al médico y desconfianza sobre la prescripción a distancia
ganización “nunca hemos recibido tantas quejas ni oído tantos horrores”. Flores considera que con la telemedicina “se está quitando a los pacientes el derecho a una atención digna, porque la atención digna es personal”.
En su opinión, la atención no presencial solo tiene ventajas para los pacientes crónicos que necesitan medicación continuada y pueden hacer el seguimiento por teléfono, pero no para el resto. “Si no eres un paciente crónico, igual ni conoces a tu especialista y a través de una llamada no sabes si es esa persona quien te está atendiendo; por otra parte, si viéndote en persona a veces el médico se equivoca, imagínate si ha de diagnosticarte y medicarte por teléfono o videollamada”, enfatiza.
Flores asegura que el nivel de quejas que reciben en la asociación desde el confinamiento es tal que han enviado una carta al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, denunciando que hay muchas personas sufriendo “maltrato” porque no hay manera de que les atiendan en la atención primaria. “Estamos hartos de que nos llame gente diciendo que lleva 15 días encerrado en casa porque se encuentra mal, pero su médico de cabecera no le atiende, incluso les cuesta contactar con su centro de salud, y ya no saben qué hacer”, denuncia.
Solans admite que “hay gente qu más ac la que ha antes del confinamiento, pero t mento porque ha ción por Covid-19”. Y clave, de cara al futuro, e zar a aquellas personas que s cesitan visitarse presencialmente y facilitar la consulta digital a los que no hace falta que se desplacen.
En este sentido, dice que la idea es protocolizar que todos los trámites relacionados con bajas médicas (partes de confirmación, altas, etcétera), los planes de medicación y el seguimiento de pacientes crónicos puedan realizar
s a través de la plataforma la Mev sulta, sin ecesidad de desplazarse al CAP.