La victoria en Chipre del favorito de Erdogan liquida la reunificación
Las perspectivas de reunificación de Chipre recibieron ayer un nuevo golpe, que puede ser definitivo. Las elecciones presidenciales celebradas en el norte de la isla se han saldado con una victoria contra pronóstico del candidato apoyado por Turquía. El derechista Ersin Tatar, hasta ahora primer ministro, le habría arrebatado por dos puntos la banda presidencial a Mustafa Akinci, su rival socialdemócrata que buscaba repetir mandato.
Más determinante que la familia político del nuevo presidente, es su empeño en enterrar el diálogo con los grecochipriotas y estrechar aún más las relaciones con Turquía. Tatar apuesta por la división permanente de la isla en dos estados, mientras que Akinci, como la mayoría de turcochipriotas nativos de la isla, confiaba aún en una solución federal.
Cabe recordar que la autodenominada República Turca de Chipre del Norte no es reconocida por ningún país, excepto Turquía. Ankara, a su vez, no reconoce a la República de Chipre, miembro de pleno derecho de la UE desde el 2004.
Los simpatizantes de Tatar agitaban anoche banderas de Turquía, país que ocupa militarmente el norte de la isla desde 1974 y de donde llega casi todo lo que allí se consume.
Mustafá Akinci, que nació en Limasol, hoy en la República de Chipre, ha anunciado el final de sus 45 años de vida política. No sin manifestar que han sido unas elecciones “anormales”, con “interferencias” y amenazas.
Pese a todo, Akinci habría ganado claramente en la “capital”, la Nicosia oriental que es la última ciudad dividida de Europa. Los votos que habrían harían decantado el resultado son los de Famagusta, ciudad en la que son clara mayoría las familias llegadas desde Turquía.
Akinci, en cambio, ha vuelto a ser el favorito de las familias turcochipriotas, instaladas en la isla durante los tres siglos de dominio otomano o bajo los británicos.
Aunque Tatar ya ganó en la primera vuelta, hace una semana, Akinci parecía partir con ventaja después de que el tercer partido más votado pidiera el voto para él en la segunda vuelta.
Los perdedores han criticado la foto de Tatar con Erdogan, en Ankara, en plena campaña. Así como la reapertura de la playa y las dos grandes avenidas de la ciudad fantasma de Varosha, junto a Famagusta.
La participación ha sido igual a la de los anteriores comicios, pese a la pandemia. El resultado, en cualquier caso, es un mazazo para la UE y entierra el diálogo abandonado en el 2017. También podría reforzar la agresividad en el Mediterráneo Oriental de Turquía, que se presenta como garante de que los turcochipriotas obtengan su parte del gas natural hallado en aguas circundantes.